La directora palestina Annemarie Jacir presentó en TIFF su cuarto largometraje, “Palestine 36”, un drama histórico que representa a Palestina en la carrera por el Oscar a Mejor Película Internacional. Protagonizada por Hiam Abbas y Jeremy Irons, la película se sitúa en 1936, un momento turbulento donde la llegada de inmigrantes judíos huyendo del antisemitismo europeo coincide con la mayor y más extensa revuelta palestina contra el mandato británico. La historia retrata a agricultores, habitantes urbanos, revolucionarios y oficiales británicos, mostrando los altos riesgos humanos y políticos de la época.
Sobre la relevancia de la historia, Jacir señaló: “Tienes razón. Yo también me hice esa pregunta. ¿Por qué no se ha explorado antes esta historia? Es uno de los momentos más cruciales en nuestra historia como palestinos. Y sienta las bases para todo lo que viene después, absolutamente todo.” La directora destacó la importancia de contar esta narrativa que hasta ahora había recibido poca atención internacional, situando los cimientos de los eventos que marcaron la historia de Palestina.
La preparación del filme fue colosal: preproducción de 10 meses, restauración de un pueblo en Cisjordania, construcción de vehículos militares británicos y formación del elenco en habilidades específicas como equitación, danza, cocina tradicional y dialecto. Jacir explicó que la autenticidad visual era clave: “La autenticidad es importante para mí. Quería ser fiel al periodo en todos los sentidos, pero al mismo tiempo disfrutar de la libertad del cine y la creación.” Cada detalle, desde los trajes hasta los cultivos de tabaco y algodón, fue cuidadosamente recreado para reflejar la vida palestina de la época.
Sin embargo, la filmación enfrentó desafíos inesperados debido a la crisis y violencia en la región, lo que obligó al equipo a reubicar parte de la producción en Jordania, manteniendo la autenticidad y la conexión con la comunidad palestina. Jacir concluyó: “Tuvimos que filmar esta película en la tierra de la que trata, con la gente de la que trata. No podía imaginar hacer esto sin mi propia comunidad, y no quería convertirme en una cineasta exiliada mientras nuestro pueblo lucha por su propia existencia.”