El aclamado actor Kenneth Branagh, maestro del teatro shakesperiano, compartió una anécdota de su juventud que demuestra que incluso los grandes pueden enfrentar percances sobre el escenario. Durante una producción de Henry V en Stratford-upon-Avon, cuando tenía apenas 23 años, Branagh olvidó los guantes necesarios para la parte final de la obra, un elemento clave para la trama. “Así que inventé muchas de las líneas de Shakespeare y pensé que me había salido con la mía,” confesó el actor. Sin embargo, al regresar a casa, alguien en la calle le gritó: “Muy buena actuación, impecable… por cierto, me encantaron los guantes.”
Branagh compartió la historia como un llamado a la audiencia para volver al teatro y experimentar la magia en vivo, donde los errores son parte del encanto y no se repiten en pantalla. Próximamente, Branagh interpretará a Próspero en la versión de The Tempest dirigida por Richard Eyre, mientras que Helen Hunt hará su debut en el RSC con The Cherry Orchard.
El actor subrayó el desafío de atraer al público moderno al teatro: “Debemos trabajar más para ganarnos la atención de la audiencia, pero la emoción y la sorpresa está en la llegada del público, y no hay lugar con mayor sentido de aventura que el Royal Shakespeare Theatre en Stratford-upon-Avon.” Su experiencia demuestra que los percances pueden convertirse en momentos memorables y que la magia de Shakespeare se vive mejor en vivo.