El director japonés Mariko Tetsuya, conocido por la violencia de su anterior obra “Destruction Babies”, presenta en el Busan International Film Festival su nuevo drama “Dear Stranger”, un relato sobre la desintegración silenciosa de un matrimonio bajo el peso de secretos y la desubicación cultural. La película cuenta con las actuaciones de Nishijima Hidetoshi (Drive My Car) y Gwei Lun-Mei (Black Coal, Thin Ice), quienes interpretan a Kenji, un profesor japonés en Nueva York, y Jane, una titiritera taiwanesa-estadounidense, cuya vida familiar se ve trastocada cuando su hijo pequeño desaparece.
La película explora la tragedia emocional, dejando de lado la violencia física que caracterizaba la obra anterior de Tetsuya. El director explica que la idea surgió tras su regreso a Japón durante la pandemia, cuando la incertidumbre global lo llevó a reflexionar sobre la familia como la unidad más pequeña de la sociedad. La narrativa utiliza el motivo de las ruinas, tanto literales como simbólicas, reflejando la descomposición del vínculo familiar y las diferencias culturales entre perspectivas japonesas y occidentales sobre el tiempo y la memoria.
La actuación de Gwei Lun-Mei resalta la lucha de Jane entre sus aspiraciones artísticas y su rol maternal, mientras enfrenta los desafíos de adaptarse a otra cultura. Los segmentos con marionetas se convierten en un elemento central para expresar la vida interior de Jane, representando simultáneamente su pasión y su conexión emocional más profunda. Según Gwei, estas escenas actúan como un alma paralela, ofreciendo una ventana al conflicto interno de su personaje.
En el fondo, “Dear Stranger” es un análisis sobre la naturaleza del amor y la comunicación. Para Mariko, el amor se manifiesta en el cine como una emoción silenciosa y acumulativa, que surge de la pasión humana y se expresa en la interacción entre personajes.