La icónica Victoria Beckham se muestra como nunca antes en su nueva docuserie de Netflix, dirigida por Nadia Hallgren (Becoming). A lo largo de tres capítulos, la ex Spice Girl revela los momentos más duros y decisivos de su vida: desde sus problemas alimenticios y la presión mediática, hasta la reconstrucción de su marca de moda, que llegó a estar “decenas de millones en números rojos”. Entre confesiones, imágenes íntimas y entrevistas con figuras como Anna Wintour, Tom Ford y su esposo David Beckham, la diseñadora repasa su evolución personal y profesional, demostrando que su historia va mucho más allá del glamour.
Desde sus inicios, Victoria admite haber sido una niña “solitaria y acosada”, encontrando refugio en las artes escénicas. Su vida cambió para siempre cuando fue elegida para integrar las Spice Girls, aunque la fama trajo nuevos desafíos. Tras la separación del grupo, confesó que la transición hacia la vida familiar fue “realmente difícil”, y que la presión mediática afectó su autoestima: “Me pesaron en televisión nacional cuando Brooklyn tenía seis meses… era muy joven y eso dolía”. Estas experiencias derivaron en un periodo de trastorno alimenticio y autoexigencia extrema.
La empresaria también abordó los desafíos de construir su imperio de moda, que estuvo al borde del colapso financiero. “Casi lo pierdo todo. Lloraba antes de ir a trabajar cada día, porque me sentía como una bombera apagando incendios”, recordó. Su esposo, David Beckham, reconoció el impacto económico: “Me preocupaba, no veía retorno de lo invertido”. Finalmente, la llegada de un nuevo socio inversor marcó el punto de inflexión que permitió rescatar la marca y reinventarla con una identidad más sobria y elegante, alejada del estereotipo de “WAG”.
El documental culmina con el triunfo de Victoria en la Semana de la Moda de París, donde consolidó su lugar como una diseñadora respetada a nivel mundial. Entre lágrimas, la creadora confiesa que su mayor motivación sigue siendo demostrar su valía: “He pasado muchos años luchando y construyendo. Ahora tengo una oportunidad real y no quiero dejarla escapar”. Con humor y emoción, concluye: “Estoy orgullosa, soy ambiciosa y todavía tengo mucho por hacer. No pienso detenerme”.