Timothée Chalamet, de 29 años, no se guardó nada en una reciente portada de Vogue, donde abordó su decepción por no ganar premios importantes, incluido el Oscar. A pesar de haber ganado el SAG Award por su papel como Bob Dylan en A Complete Unknown, Chalamet perdió el Oscar frente a Adrien Brody y ha tenido que enfrentar otras cuatro nominaciones al Globo de Oro y BAFTA sin éxito. “La gente puede llamarme ‘try-hard’, pueden decir lo que quieran. Pero soy yo quien realmente lo está haciendo aquí”, declaró el actor sobre su enfoque apasionado en cada proyecto.
El intérprete también reflexionó sobre la frustración de perder premios, señalando que incluso actores generosos y sin ego sienten decepción. “Si hay cinco personas en una ceremonia y cuatro se van perdiendo, ¿no crees que esas cuatro están pensando ‘¡Maldita sea!’?” comentó Chalamet. La intensidad con la que se involucra en sus papeles lo ha llevado a asumir riesgos y a ser mucho más abierto con la prensa, rompiendo con la discreción que solía caracterizarlo.
Chalamet reveló además que no planea regresar a la televisión, a pesar de haber comenzado su carrera en Homeland. “No”, respondió de manera contundente sobre hacer otra serie, destacando que prefiere concentrarse en cine y proyectos cinematográficos que le permitan “buscar la grandeza”. Entre sus próximos estrenos se encuentran Marty Supreme —que ya genera rumores de nominación al Oscar—, Dune: Part Three con Denis Villeneuve, y el filme de motocross High Side con James Mangold.
El actor deja claro que su ambición y autenticidad son su sello: arriesgarse, apasionarse y no conformarse con lo mínimo. Con Marty Supreme en cines esta Navidad y un enfoque firme en proyectos cinematográficos de alto perfil, Chalamet sigue consolidándose como uno de los talentos jóvenes más audaces y reconocidos de Hollywood, dispuesto a priorizar la calidad y el riesgo creativo por encima de la comodidad y la exposición televisiva.