El Vaticano vivió una jornada histórica cuando el Papa León XIV se reunió con un selecto grupo de grandes nombres del cine, entre ellos Viggo Mortensen, Cate Blanchett, Greta Gerwig, Spike Lee, Darren Aronofsky, Chris Pine, Monica Bellucci y reconocidos directores de festivales internacionales. Con un mensaje profundamente humano, el Pontífice ofreció un discurso que combinó amor por el séptimo arte, reflexión espiritual y una mirada crítica sobre el futuro de las salas de cine. “Aunque el cine ya tiene más de un siglo, sigue siendo un arte joven, onírico y un poco inquieto”, expresó al iniciar su intervención.
León XIV destacó la esencia transformadora del cine y su capacidad para iluminar el espíritu. Afirmó: “Es maravilloso ver que cuando la luz mágica del cine ilumina la oscuridad, enciende al mismo tiempo los ojos del alma.” Para él, las películas no solo entretienen, sino que ayudan a las personas a contemplar su propia vida con nueva claridad, despertando esperanza y sentido en un mundo saturado de pantallas e información constante.
El Papa también abordó la crisis de las salas tradicionales, recordando su importancia como espacios culturales vitales para la comunidad. “Cultural facilities, such as cinemas and theaters, are the beating hearts of our communities,” dijo, subrayando la urgencia de proteger estos lugares ante su preocupante desaparición. Además, instó a los creadores a no caer en la repetición cómoda dictada por algoritmos: “La lógica de los algoritmos tiende a repetir lo que ‘funciona’, pero el arte abre lo que es posible.”
En uno de los segmentos más emotivos, León XIV animó a los cineastas a ser “testigos de esperanza, belleza y verdad”, y a no temer narrar las heridas del mundo, desde la soledad hasta la guerra. También citó al pionero David W. Griffith: “Lo que le falta al cine moderno es belleza, la belleza del viento moviéndose entre los árboles.” Para el Papa, ese viento es símbolo del Espíritu, e invitó a los artistas a hacer del cine un espacio donde esa fuerza pueda sentirse. Cerró su mensaje con un llamado a valorar el trabajo colectivo: “Hacer cine es un esfuerzo comunitario… cada voz y cada gesto contribuye a una obra que solo puede existir como un todo.”