A más de una década del final de la saga, Rupert Grint reconoce que su vida seguirá ligada para siempre a Ron Weasley, el personaje que interpretó desde los 11 años en Harry Potter. En una nueva entrevista con la BBC, el actor de 37 años aseguró que lejos de molestarlo, la conexión eterna con el pelirrojo más querido de Hogwarts le genera orgullo. “No, absolutamente no, lo amo”, afirmó, destacando lo importante que la historia es para varias generaciones.
Grint confesó que no cree que alguna vez pueda “salir del todo de su sombra”, aunque aclaró que no le pesa en lo más mínimo. También reveló que disfruta encontrarse con fans que crecieron con la saga y que sienten una conexión emocional profunda con las películas. El actor recordó que participar de los ocho films, desde La piedra filosofal (2001) hasta Las reliquias de la muerte – Parte 2 (2011), “cambió su vida rápidamente”, sobre todo porque él mismo ya era fan de los libros.
Ante la pregunta sobre un eventual regreso al universo mágico, Grint dejó la puerta entreabierta: “Quizás en el futuro. Nunca digas nunca”. Aunque por ahora está concentrado en sus nuevos proyectos —como Knock at the Cabin y la serie Servant—, reconoció que siente curiosidad por la nueva adaptación televisiva de Harry Potter. Para acompañar a la próxima generación, contó que le escribió una carta al nuevo Ron, Alastair Stout, para “pasar el testigo” y desearle la mejor experiencia posible.
El actor también rememoró una de sus travesuras en el set: la vez que se llevó el número de la puerta de la casa de Harry, a pesar de la fuerte seguridad durante los últimos días de rodaje. “Tuve que desatornillarlo. Fue muy clandestino”, bromeó. Con humor, nostalgia y cero resentimiento, Grint demuestra que ha encontrado un equilibrio perfecto: seguir adelante con su carrera sin renegar del papel que marcó a millones de personas alrededor del mundo.