Es oficial: el panorama del entretenimiento ha cambiado para siempre. Netflix ha salido victorioso de la guerra de ofertas y ha acordado la adquisición de los estudios de cine y televisión de Warner Bros., así como de las marcas HBO y HBO Max, en una transacción valorada en 82.700 millones de dólares. El gigante del streaming, liderado por Ted Sarandos y Greg Peters, superó las propuestas de rivales como Paramount Skydance y Comcast para hacerse con algunas de las joyas más preciadas de la industria, consolidando su posición como el ganador indiscutido de las “guerras del streaming”.
La operación es compleja y transformadora. El acuerdo establece que Warner Bros. Discovery primero completará la separación de sus canales de televisión lineal (como CNN, TNT y Discovery) en una nueva compañía independiente llamada “Discovery Global”, que será dirigida por el actual director financiero Gunnar Wiedenfels. Una vez concretada esa escisión, Netflix absorberá los estudios y las plataformas de streaming, pagando una prima significativa en efectivo y acciones. Según analistas de Bank of America, esta jugada maestra le permite a Netflix “matar tres pájaros de un tiro”, ya que elimina a un competidor directo y dificulta enormemente la viabilidad de rivales más pequeños que ya no podrán competir con su economía de escala.
La clave del acuerdo reside en el inmenso catálogo de propiedad intelectual que ahora pasará a manos de la “N” roja. Franquicias icónicas como Harry Potter, El Señor de los Anillos, el Universo DC y éxitos televisivos como “Game of Thrones” y “The Sopranos” se unirán al ecosistema de Netflix. El analista de Morgan Stanley, Benjamin Swinburne, destacó que Warner Bros. posee “derechos exclusivos de varias franquicias icónicas que podrían ser explotadas durante décadas”, otorgándole a Netflix un fondo de biblioteca inigualable para retener a sus suscriptores y reducir la dependencia de la producción constante de nuevos éxitos.
A pesar del entusiasmo en Wall Street, el camino hacia el cierre del trato no será sencillo. Se espera que la fusión enfrente un escrutinio regulatorio feroz por parte del gobierno, dada la magnitud de la concentración de poder en el mercado. Sin embargo, Netflix parece estar preparado para la batalla, habiendo ofrecido una tarifa de ruptura de 5.000 millones de dólares en caso de que la operación sea bloqueada. Para Warner Bros. Discovery, la venta representa una salida lucrativa y una solución a sus problemas de deuda, mientras que para la industria del cine, marca el inicio de una nueva y desafiante era bajo la sombra del gigante del streaming.