Así fue el día 7 del 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

Graciela Borges es una de las intérpretes más admiradas y queridas de la Argentina y es una de las grandes protagonistas del 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Este miércoles, la actriz de El dependiente La ciénaga, entre tantas otras grandes películas, dictó una de las tres Charlas con Maestras y Maestros de esta edición, en la que la diva reflexionó con honestidad y humor sobre su vida y obra.

“El mundo ama al cine argentino. Tuve la suerte de conocer también otros festivales, en otros países, y en esos lugares se reconoce a nuestro cine como uno de los mejores del mundo”, dijo Graciela Borges ante el público —que colmó la sala del Chauvin Centro de Creación—, al que le agradeció su presencia: “la única cosa que verdaderamente me reconforta, lo más lindo, es encontrarme con ustedes”.

Artista fundamental para el cine argentino y nuestra cultura, Graciela Borges forma parte de nuestra filmografía desde sus 14 años. Desde entonces, trabajó con los directores y directoras más importantes de nuestro país, como Leopoldo Torre Nilsson, Leonardo Favio, Lucrecia Martel, Fernando Ayala, Raúl de la Torre, Alejandro Doria, Lucas Demare, Luis Ortega, Daniel Burman, Marcos Carnevale, Mario Soffici y Manuel Antín, entre otros.

La actriz contó que para poder desarrollar una carrera tan importante fue fundamental un consejo y una enseñanza del director Raúl de la Torre: “Una vez, Raúl, que filmaba como los dioses, nos citó a su casa para el ensayo de la película Crónica de una señora. Llegamos, nos sentamos, abrimos el libro y comenzamos a leer, recién ahí, el guion. Él se enojó, nos preguntó por qué habíamos ido sin antes aprendernos la letra, que él así no filmaba, así que nos echó y nos pidió que volviéramos recién cuando lo hubiéramos aprendido. Le hicimos caso, volvimos y la cosa fluyó tan armoniosamente que desde entonces siempre trabajé de esa manera, y así se hicieron con él películas como Heroína. Desde entonces, me quedó como costumbre, y lo recomendé en todas las películas en las que trabajé. Esa fue una enseñanza del maestro que me quedó para toda la vida”, expresó.

Para realizar esa enorme trayectoria fue fundamental el esfuerzo y la dedicación, porque “hacer cine no es fácil; la gente cree que cuando se filma una película la actriz está sentada cómodamente en un sillón, a la espera de que la vengan a buscar para una escena, y que el trabajo es solo ese. Pero no es así”, dijo y puso como ejemplo la vez que, con 16 años, filmó estando enferma de tuberculosis, en escenas con todo el equipo técnico tomando mucha distancia, almorzaba sola, en una plaza, al aire libre, por meses. “No la pasé nada bien”, recordó. O más recientemente, cuando tuvo que rodar una escena muy larga, y repetirla durante seis horas, una y otra vez, con una gran exigencia física y mental. “Pregunté en qué nos estábamos equivocando para tener que repetir la escena tantas veces, y me respondieron que en nada, que solo querían tener muchísimos planos para después armar una especie de coreografía. Hacía frío, mi personaje lloraba, fue muy desgastante. Empecé a sentir un dolor de cabeza muy fuerte y me recomendaron parar”.

La 38ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata está dedicada a los 40 años de democracia que cumple este año nuestro país. En referencia a este aniversario, y a los tiempos de la dictadura cívico-militar, Graciela Borges recordó lo mal que vivió ese tiempo, en el que le tocó filmar la película Kindergarten, de Jorge Polaco, quien sufrió la censura; esa situación traumática “lo quebró sentimentalmente, no volvió a filmar de la forma maravillosa que lo hacía hasta ahí, me quedó un dolor muy grande, murió solo, triste y enfermo”.

Durante la Charla con Maestras —que fue moderada por el presidente del Festival, Fernando Juan Lima—, también hubo tiempo para grandes anécdotas, que involucran a personalidades como Juan Manuel Fangio, Salvador Dalí, Grace Kelly, Coco Chanel, entre otros; y también para celebrar el Festival de Mar del Plata: “Me contaron Mercedes Morán y Érica Rivas que hay cosas deslumbrantes en esta edición. Por ahí mucha gente no lo sabe, pero yo sí soy consciente del esfuerzo que lleva hacer un evento como este, por eso celebro que el público llene las salas”.

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Fotografías por Jennifer Haslop // 38 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

En la Competencia Internacional, se realizó el estreno latinoamericano de Mimang, del director coreano Kim Taeyang, en la que sus protagonistas se preguntan más de una vez dónde están y hacia dónde van, de una manera concreta, geográfica, que nace de sus vueltas por las calles de Seúl, pero a medida que la historia avanza ese recorrido urbano se revela también existencial.

“Esta película muestra que el cine aún puede seguir siendo un juego lúdico, olvidarse a veces de la trama y centrarse simplemente en los personajes, los diálogos, el paso del tiempo y en utilizar la ciudad como un personaje más, lo que lo hace profundamente disfrutable”, dijo el programador del Festival Marcelo Alderete, al presentarla ante el público. En el mismo sentido, su director contó, para la web del Festival, que espera que la ciudad de la película sea “una metáfora de las relaciones de los personajes y de los cambios en su interior, así como de sus recuerdos. Seúl es una ciudad que combina el pasado y el presente, y está en un estado de cambio constante, como un organismo, al igual que todas las ciudades del mundo”.

En la Competencia Latinoamericana, se realizó el estreno mundial de O dia que te conheci, el tercer largometraje del realizador brasileño André Novais Oliveira, presentado por su director. La película cuenta la historia de Zeca, quien empieza su mañana entregado a las pequeñas contrariedades: cada vez le cuesta más levantarse, viaja una hora y media en colectivo para llegar a la escuela donde trabaja y, a lo largo del recorrido, los imprevistos complican aún más el asunto. Pero no sabe que ese día, que parece igual a los demás, su rutina va a quebrarse.

La Competencia Argentina tuvo dos estrenos latinoamericanos. En primer lugar, se proyectó Clara se pierde en el bosque, ópera prima de Camila Fabbri en la que la protagonista emprende un viaje familiar con su novio, lejos de la ciudad. Las charlas sobre recitales, cervezas tibias y canciones de rock barrial son interrumpidas por un mensaje de Martina, una amiga con la que estuvo el día del incendio en el boliche República de Cromañón que le costó la vida a 194 jóvenes. Mientras advierte que los ecos de la tragedia aún resuenan en su presente, comienza a replantearse su futuro.

Luego, fue la función de La gruta continua, el tercer largometraje de Julián D’Angiolillo, que busca revelar los misterios de la espeleología, la ciencia que se dedica a estudiar cuevas, grutas y cavernas. Todo forma parte del sistema de túneles y personas que D’Angiolillo conecta en la pantalla, a través de imágenes en las que lo inmóvil cobra vida. La película fue presentada por su director, acompañado por la reconocida productora, Lita Stantic.

La sección Autoras y Autores tuvo este miércoles varias funciones con salas llenas. Entre ellas, se presentó La próxima película de Carmen Trevilla, del reconocido director español Gonzalo García Pelayo, que fue presentada por el director, acompañado por sus protagonistas, Iván García Pelayo y Lucía Seles. También fue el turno de la primera función de Pobres criaturas, el nuevo trabajo del griego Yorgos Lanthimos en el que propone un cruce de caminos narrativos que es al mismo tiempo una fábula victoriana retrofuturista, una película de aventuras y una comedia feminista, surrealista y feroz, donde continúa exhibiendo las miserias del ser humano. En esta sección, tuvieron su primera proyección en este Festival la primera ficción de Bertrand Bonello, La bestia; El libro de las soluciones, del francés Michel GondryLa chimera, de la italiana Alice Rohrwacher; y Music, de la alemana Angela Schanelec.

En las funciones institucionales, se llevó a cabo la presentación de los cortometrajes ganadores del 21° concurso del INCAA Historias Breves, que se convirtió en el objetivo de jóvenes realizadores que presentan sus proyectos, año tras año, para una primera experiencia cinematográfica profesional. Es un concurso que se propone y concreta; es una política de Estado que ofrece apoyo efectivo a la capacidad creativa y productiva de cineastas argentinos, que contribuyen, de forma decisiva, a la cultura y la identidad nacional. Los cortometrajes que la integran, son: Asterion, de Eduardo Marcelo Álvarez; Cachirú, Eugenia Molina, Juliana Mazia; El perfil de Lisa, de Sandra Flomenbaun; -Mamá…, de Roxy Ruzzante; Sachasandia, de Daniela Marinaro Montalbetti; Todas las cosas que llevo conmigo, de Gerardo Manuel Pranteda; Un zorro, de Gastón Horacio del Porto; Una edad difícil, de Hugo Evaristo Crexell; y Xini, de Santiago Reale.

Tierra de nuestras madres, el largometraje de la directora española Liz Lobato, tuvo su primera pasada en la sección Nuevas Autoras.

En las Actividades Especiales, se realizó el panel La importancia de las políticas locales en la producción audiovisual, que reunió a productores y gestores en una charla sobre la importancia de las políticas públicas locales y regionales. Participaron Oriana Castro, Paula Zyngierman, Ana Apontes y Rodrigo Guerrero.

Además, se presentó el libro Es solo una película. El cine según Martín Rejtman, en el que, en base a entrevistas realizadas entre 2018 y 2023 con el propio Rejtman y con personas que han trabajado en sus películas, Pablo Chernov y Fernando Krapp construyen un relato que cruza la biografía con los métodos de trabajo de uno de los cineastas fundamentales del cine argentino. Participaron sus autores y el docente y escritor José Miccio; en una charla moderada por la programadora del Festival, María Fernanda Mugica.

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