El jurado en el juicio federal contra el magnate de la música Sean “Diddy” Combs ha informado al juez que ha llegado a un veredicto en cuatro de los cinco cargos que enfrenta, pero que se encuentra estancado en la deliberación de la acusación más grave, la de asociación ilícita (conocida como “racketeering” en la ley estadounidense). La tensión en la corte de Nueva York es máxima mientras se espera la resolución final.
Los miembros del jurado, que comenzaron a deliberar el lunes por la mañana, notificaron al juez Arun Subramanian este martes por la tarde que habían llegado a un consenso sobre dos cargos de tráfico sexual y otros dos de transporte para la prostitución. Sin embargo, estos veredictos permanecerán sellados y no serán anunciados hasta que haya una decisión unánime sobre el quinto y más complejo cargo, el cual acusa a Combs de liderar una empresa criminal para cometer y encubrir delitos.
En una nota enviada al juez, el jurado afirmó tener “opiniones infranqueables en ambos lados” respecto a la acusación de asociación ilícita. En respuesta, el juez les pidió que continuaran con las deliberaciones, instándolos a reconsiderar las pruebas y los argumentos de sus compañeros sin “rendir” sus propias convicciones. Durante este intercambio, Combs se mostró visiblemente ansioso en la sala, susurrando con sus abogados y tamborileando los dedos.
El juicio, que ha durado siete semanas, concluyó con argumentos finales contrapuestos. La defensa de Combs argumentó que su cliente es víctima de un “juicio falso” y que sus actos eran parte de un “estilo de vida swinger” consensuado. Por su parte, la fiscalía fue contundente: “Durante 20 años, el acusado se salió con la suya. Eso termina en esta sala. Es hora de que rinda cuentas”. Las deliberaciones se reanudarán este miércoles por la mañana, manteniendo en vilo el destino de una de las figuras más poderosas y controvertidas de la industria musical.