Lisa Nandy, la Secretaria de Cultura del Reino Unido, se encuentra en el centro de una fuerte controversia por sus repetidos y públicos ataques contra el director general de la BBC, Tim Davie. Sus críticas, centradas en supuestos fallos editoriales de la cadena, han despertado una seria preocupación en el país sobre una posible injerencia política en la independencia de la prestigiosa cadena pública británica.
En las últimas semanas, Nandy ha criticado duramente a la BBC por su cobertura del conflicto entre Israel y Hamás, incluyendo la emisión de un polémico documental y la actuación de un músico en el festival de Glastonbury. La ministra llegó a cuestionar públicamente si tenía confianza en el director de la BBC y por qué no se habían producido despidos, una postura extraordinariamente combativa y poco habitual para un miembro del gobierno.
Según un análisis del medio especializado Deadline, Nandy ha intervenido directamente con el director general en más ocasiones que todos sus predecesores conservadores juntos en los últimos 14 años. Figuras de la industria y ex directivos de la BBC la acusan de “cruzar una línea” y de intentar “microgestionar” la corporación, saltándose los canales de gobernanza adecuados, que implican comunicarse con el presidente del directorio de la BBC y no directamente con su equipo editorial.
Aunque desde el gobierno se defienden argumentando que existe una “distinción muy importante entre independencia y rendición de cuentas”, la situación ha generado una gran ansiedad. Existe la preocupación de que esta postura agresiva pueda influir en las futuras negociaciones sobre la financiación y el estatuto de la BBC, poniendo en riesgo uno de los pilares más sagrados de la cultura británica: una prensa pública libre de la influencia del gobierno de turno.