Woody Allen defendió su participación en el Moscow International Film Week, luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania lo calificara como una “vergüenza” en medio de la guerra que atraviesa el país. El cineasta, que intervino de manera virtual en el evento, habló de su admiración por el cine ruso e incluso mencionó la posibilidad de rodar una película allí, lo que generó una fuerte reacción de Kiev.
Desde Ucrania señalaron que la presencia del director en un festival respaldado por medios y entidades estatales rusas “es un insulto” a los artistas ucranianos afectados por la invasión. En un duro comunicado, advirtieron que la cultura “no debe usarse para blanquear crímenes ni servir como herramienta de propaganda”, y acusaron a Allen de cerrar los ojos ante las atrocidades que comete Rusia desde hace más de una década.
Por su parte, Allen se defendió asegurando que considera “espantosa” la guerra impulsada por Vladimir Putin, pero sostuvo que cortar los diálogos artísticos internacionales no es la solución. Mientras tanto, el realizador continúa desarrollando su carrera fuera de Hollywood, donde permanece marginado tras las acusaciones de abuso en su contra, y en los últimos años ha presentado proyectos en festivales europeos como San Sebastián y Venecia.