Noomi Rapace, reconocida por asumir papeles de gran exigencia emocional y física, se enfrenta ahora a uno de los desafíos más complejos de su carrera: encarnar a la Madre Teresa en Mother, la ópera prima en inglés de la cineasta macedonia Teona Strugar Mitevska. La película abrió la sección Horizontes del Festival de Venecia y propone una mirada distinta sobre la figura de la santa, explorando sus luces y sombras en un momento clave de su vida.
“Me gustan los lugares desafiantes… y definitivamente diría que la Madre Teresa es uno de ellos. Fui a lugares dentro de mí que, algunos días, eran muy incómodos de habitar y muy intensos”, confesó Rapace en la previa del estreno. Para la actriz sueca, la complejidad del personaje radica en esa dualidad entre su imagen de símbolo de compasión y los dilemas internos que marcaron su camino.
El filme no sigue el formato clásico del biopic, sino que se centra en siete días de 1948, previos a la creación de las Misioneras de la Caridad. En ese período, la entonces monja del convento Loreto Entally en Calcuta se debatía entre la obediencia a la Iglesia y su deseo de salir a las calles para ayudar a los más necesitados. La narrativa también abre interrogantes sobre el ego, la fe, la ambición y el amor verdadero hacia los demás.
Rapace, además de protagonista, ejerce como productora ejecutiva y destacó su vínculo artístico con Mitevska, quien llevaba años gestando esta historia. “Ella fue definitivamente una pionera en su tiempo… pero en nuestra película también exploramos qué es el ego, qué es su necesidad de ser vista y escuchada, qué es el amor por los demás y qué es su deseo de hacer más”, reflexionó la actriz. Con esta apuesta, Mother promete generar debate sobre una figura venerada y cuestionada, mostrando no solo la luz de Teresa de Calcuta, sino también las sombras que atravesaron su fe y su legado.