El cineasta Jim Jarmusch expresó su decepción ante la reciente inversión de Sequoia Capital en la distribuidora Mubi, compañía con la que acaba de estrenar Father Mother Sister Brother en el Festival de Venecia. La firma de capital de riesgo fue cuestionada por su vínculo con una startup tecnológica relacionada al ejército israelí, lo que desató críticas y una carta abierta de varios artistas denunciando un caso de “beneficio a costa del genocidio”.
Jarmusch, quien mantiene acuerdos previos de distribución con Mubi, dejó en claro su incomodidad: “Me sentí decepcionado y desconcertado. Pero no soy el portavoz de Mubi”, dijo en conferencia de prensa. El director subrayó la dificultad de separar el arte del financiamiento, señalando que “todo el dinero corporativo está sucio” y que analizar a fondo las estructuras financieras de cualquier productora revela irregularidades.
El debate se intensificó en el festival, donde la guerra en Gaza ha estado muy presente, incluso con protestas que llamaron la atención sobre la crisis humanitaria. Actores como Indya Moore, parte del elenco, también opinaron sobre la situación, destacando la necesidad de repensar cómo trabajar en la industria sin habilitar prácticas cuestionables. “La gente está buscando maneras de hacerlo de forma ética, es un proceso en desarrollo”, apuntó la intérprete.
Más allá de la controversia, Jarmusch volvió a Venecia por primera vez desde Coffee & Cigarettes (2003) para presentar un antológico drama familiar dividido en tres capítulos ambientados en Nueva Jersey, Dublín y París. Con un elenco estelar encabezado por Cate Blanchett, Vicky Krieps, Mayim Bialik, Charlotte Rampling, Adam Driver e Indya Moore, la película explora los lazos entre padres e hijos adultos, confirmando al director como una voz única dentro del cine independiente.