BARRO, el proyecto metalero de CA7RIEL reversiona su session con Bizarrap

Un encuentro fortuito –Chowy Fernández, guitarrista de BARRO, iba a verlo siempre a CA7RIEL y una vez le regaló una remera de su banda anterior, Pronoia–, dos puntos de partida diferentes –CA7RIEL desde su conocida versatilidad para la mezcla de géneros y desde su apuesta por lo simple, y Chowy desde la tradición más metalhead–, la sinergia con dos eximios músicos como lo son Julián Montes (Picado Grosso, ATR con CA7RIEL y Paco Amoroso, Duki, Marilina Bertoldi), “El Montes”, en el bajo, y Alan Fritzler (Octafonic, Undermine, Baltasar Comotto) en la batería, y en unos pocos meses nació BARRO, una banda de metal que llegó para plasmar su impronta, alejarlo de toda solemnidad y ampliar su público.

Las ideas les sobran, y desde que se juntaron por primera vez hace poco más de un año, lanzaron BARRO, su EP homónimo en febrero, y ahora vuelven con “MISSIN CHILDREN”, una reversión metalera de la emblemática CA7RIEL: Bzrp Music Sessions, Vol. 14, puntapié inicial para empezar a vivir su disco debut que verá la luz muy pronto.

“MISSIN CHILDREN”, producido por BARRO y Luciano Farelli, llega después del EP con el que BARRO se presentó, una ópera prima de cinco temas que condensan su ADN: la base del metal, con doble bombo, voces guturales –una faceta en la que CA7RIEL vuelve a sus raíces de la adolescencia– y distorsiones, pero también una postura abierta y permeable que trae un aire propio al género, letras de temas alejados de la propuesta épica del metal, una buena dosis de humor y, desde la producción, recursos impensados que hacen funcionar a la perfección.

“MISSIN CHILDREN” sale después, pero está en el origen mismo de la banda. Chowy se acerca a Ca7riel como fan de su música, y ambos conectan en su amor por el metal: ¿qué mejor juego entonces que reversionar algún material de Ca7riel juntos llevándolo para ese lado?

“MISSIN CHILDREN” funciona también a modo de manifiesto de BARRO, que busca volver a apostar por la autenticidad en un contexto en el que encuentran que todo suena demasiado parecido. El “copy paste” que se critica en la letra es precisamente el camino opuesto al que eligieron. El tema tiene toda la estridencia del metal fusionada con recursos de producción de la música urbana que se notan más que nada en los efectos de las voces.