“Sigo acá, hago siempre lo mismo ¿Dónde vas? No ves que soy distinto. Dame más, dame más de lo mismo. Me cansás, pero siempre me olvido”, entre mea culpa y aceptación, Andry Bett, presenta “Más de lo mismo”, el single apertura de “Cariño, acaso no lo ves?”, la ópera prima del artista de 24 años que compone, escribe e interpreta sus propias canciones.
También ilustrador de su propia obra, Andry, plantea una mirada -entre reclamo y naturalidad- sobre los designios de una generación que vino a cambiar el paradigma de las pautas sociales que históricamente han trazado las formas de relacionarnos, de desarrollar nuestra identidad, de las exigencias vinculares, entre otras temáticas que hoy rompen sus cascarón para percibir nuevas posibilidades.
“Quiero más, quiero algo distinto. Da igual, de todo has oído”. Con una letra que roza el nihilismo, Andry destapa la olla de la nueva escena independiente a través de letras simples y sensibles. “Sin pensar, todo es más bonito. No está mal, sólo es más de lo mismo” suelta en “Más de lo mismo”.
“Más de lo mismo” forma parte de “Cariño, ¿acaso no lo ves?”, su primer disco solista. Con su sencillez y honestidad, hace una crítica sobre el ego y sus disparadores más peligrosos: “Quiero más, quiero algo distinto” repite en las letras mientras en las imágenes cuenta una historia llamativa a través de distintas formas y colores. El video retrata al cantante en personaje haciendo burlas sobre ser distinto y no ser “más de lo mismo”, y lo hace siendo él protagonista material de ese ego mediante un trazado absurdo que se jacta de ser mejor que el resto cuando en el fondo, es una cinta VHS igual que las demás. De esta manera, el artista invita a hacer una introspección a estas caras y saber burlarnos de ellas.
Menuda forma de lanzar su primer disco en formato deluxe: un trabajo conceptual que consta de 14 canciones, revelando las indagaciones de Andry en un ¿intento? para explicar(se) esta existencia, logrando generar un sonido indie llamativo y nostálgico a la vez, para destapar una birra, sentarse en el balcón y mirar la nada.