Ejurado de Nueva York ha encontrado al magnate de la música Sean “Diddy” Combs culpable de dos cargos de transporte para la prostitución, pero lo ha absuelto de las tres acusaciones más graves que enfrentaba: dos cargos de tráfico sexual y uno de asociación ilícita (conocido como “racketeering” en la ley estadounidense). El veredicto mixto llega tras un extenuante juicio de ocho semanas que expuso el oscuro mundo del fundador de Bad Boy Records.
Los dos cargos por los que fue encontrado culpable conllevan una pena máxima de 10 años de prisión cada uno. El jurado llegó a esta decisión después de escuchar el testimonio de 34 testigos, quienes acusaron a Combs de una larga lista de delitos. El testimonio más impactante fue el de su exnovia durante 11 años, Casandra “Cassie” Ventura, quien durante cuatro días relató un patrón de abuso físico y psicológico. La evidencia clave en el juicio incluyó un video de vigilancia de 2016 que mostraba a Combs golpeando brutalmente a Ventura en el pasillo de un hotel.
La fiscalía acusó a Combs de coaccionar a múltiples mujeres para que participaran en “freak-offs”, maratones de sexo de varios días alimentadas por drogas con acompañantes masculinos. Otras testigos, bajo seudónimos, relataron haber sido forzadas a consumir drogas y haber sufrido agresiones físicas y sexuales. Otras acusaciones presentadas durante el juicio incluyeron el intento de soborno a un guardia de seguridad y la supuesta orquestación del incendio del auto del rapero Kid Cudi.
A pesar de la gravedad de los testimonios, el jurado no encontró a Combs culpable de los delitos de tráfico sexual ni de liderar una asociación ilícita, los cargos que conllevaban las penas más severas. El veredicto, por lo tanto, representa una victoria parcial para la defensa del productor, aunque la condena por los otros dos cargos mancha de forma indeleble el legado de quien fuera uno de los hombres más poderosos de la industria musical.