Cerca de 1500 jóvenes participaron el pasado domingo de “We Will Dance Again“, un festival contra el terror que en esta primera edición se realizó para honrar la memoria de todas las víctimas del atentado contra Israel perpetrado por Hamás, el 7 de octubre de 2023.
“Por los que ya no están y por los que aún no están”, fue el lema del evento sin fines de lucro que se realizó en las instalaciones de Mandarine Park, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para que los jóvenes se muestren “unidos y honrando la vida” frente a actos terroristas como el que llevó adelante Hamas.
Esta primera edición del festival se realizó en la antesala del primer aniversario del atentado contra Israel, en el que 370 jóvenes fueron asesinados mientras bailaban en el Festival Nova. En el brutal ataque, un total de 1205 civiles perdieron la vida y 251 personas fueron secuestradas, de las cuales 101 aún no han sido liberadas.
“Queríamos proponer algo diferente, incluir a toda la sociedad civil argentina para hacerla parte de nuestro dolor y también de nuestra resiliencia. Ese día, el terror no discriminó por religiones, nacionalidades, géneros ni etnias. Entre las víctimas hay jóvenes de diversas edades, nacionalidades y religiones, lo mismo ocurrió con los secuestrados. Nosotros podríamos haber sido esos chicos, por eso nos parecía importante transmitir que el terror nunca nos va a paralizar, y que ayer, más que nunca, teníamos que bailar por ellos: por los que ya no están y por los que Hamas aún mantiene secuestrados”, explicaron desde la organización del festival.
Asimismo, advirtieron que “sigue abierta la herida” que provocó el atentado de Hamas y remarcaron: “No vamos a permitir que el miedo nos paralice”. “Nos sobreponemos al dolor, unidos y honrando la vida”, destacaron los organizadores.
Estos lemas resonaron a lo largo de la noche, donde cada asistente tuvo la oportunidad de elegir un nombre en homenaje a las víctimas y a los secuestrados, el cual se plasmó en pulseras individuales.
El evento contó con la presencia de jóvenes que perdieron a sus amigos en el Festival Nova, personas de distintas edades, religiones e ideologías, incluyendo del interior del país y de Uruguay.