Crítica por Santiago Bárcena
Las Noches son de los Monstruos, film argentino dirigido por Sebastián Perillo, en sus primeros minutos, entusiasma debido a sus ideas prometedoras y estilización absoluta de la imagen. Sin embargo, se trata de una película que, mientras más avanza, más evidencia su torpeza narrativa, que se va acrecentando, lamentablemente, hasta algunos puntos francamente irrisorios. Es una verdadera lástima que un concepto en papel interesante, acompañado por un gran uso del sonido, la fotografía y la música, sea opacado por un guión absolutamente mediocre, actuaciones robóticas y unas líneas de diálogo que parecen bromas mal contadas.
El film, que comienza como otra visión sobre el despertar sexual femenino de una joven chica, que además debe lidiar con adaptarse a su nueva situación familiar y social, muy rápidamente deja entrever que, a pesar de las intenciones detrás de la cámara, la distancia entre el narrador y la forma de ser de los personajes que narra es abismal.
La película, sin embargo, no carece en absoluto de valor de entretenimiento, sobretodo por sus propuestas técnicas. Sin embargo, la historia y en particular la forma en la que se cuenta es indiferente a cualquier inteligencia de la audiencia, para girar sobre diálogos sobre explicativos , obvios, inexplicables y redundantes, pronunciados por actores que, en estas determinadas circunstancias, hacen lo mejor que pueden.