Crítica por Federico Vargas
Azor es un thriller que arranca y a los 10 minutos se quedó varado en el medio de la nada, para luego arrancar otra vez y así en un loop que dura al menos hasta poco más de la mitad del film. Hay una gran cantidad de metraje en esta película de Andres Fontana donde sufre el problema de “contar mucho y a la vez nada” ¿Por qué? Si bien su inicio es prometedor, en el medio de la historia tenemos demasiada lentitud mientras se empieza a profundizar en los diferentes personajes que la película nos va presentando.
Aunque no todo necesariamente es conflictivo, porque a pesar de esta problemática, en Azor podemos entender concretamente sus motivaciones y cómo todos los hilos se van uniendo de cara a la importante e impactante conclusión. El problema, como mencioné arriba, es la innecesaria necesidad de contar cosas de más que pudieron haber sido recortadas o contadas de una manera más indirecta, porque lo que termina sucediendo es que haya momentos donde el sentido del tema principal que se plantea se pierda de vista por unos minutos.
Volviendo al aspecto de los personajes, el actor principal del elenco Fabrizio Rongione se roba todo el show (y con justa razón), ya que en su personaje podemos apreciar a un hombre muy meticuloso, que no quiere perder de vista ningún detalle en base a la situación en que se lo ve envuelto. El resto del reparto llega a ser convincente por cómo se profundiza en sus pensamientos y acciones frente al protagonista y la historia, pero no se explora mucho más allá de lo que cada uno termina aportando.
Otra cosa que quiero resaltar sin dudas son los aspectos técnicos de la fotografía y la escenografía, ofreciéndonos un contexto mucho más claro de lo que va sucediendo con el correr de los minutos. De más está decir que cómo fan de los trajes (ambos, pantalones de vestir y corbatas) que soy, quedé fascinado por el vestuario utilizado de ciertos personajes, principalmente del que interpreta Rongione (Yvan de Wiel en la película).
Azor no es para nada una mala película, pero sí considero que tiene puntos flojos entre el inicio del conflicto y las situaciones que se van agudizando (muy poco a poco) de cara a su resolución, sucediendo lo mismo con el misterio que plantea. Quedó a deber.