‘A Ghost Story’ como un análisis existencialista sobre la vida y el tiempo

Incluye spoilers

A Ghost Story (2017), de David Lowery, se caracteriza por presentar percepciones alteradas con respecto al tiempo. La película trata sobre C y M, una pareja como cualquier otra quienes viven juntos en una casa de la cual están por mudarse. La muerte interrumpe sus planes cuando C muere en un accidente de auto en la puerta de la casa. Convertido en un fantasma que se presenta en el mundo como una sombra, cubierto únicamente por una larga sábana blanca con dos negros y vacíos agujeros como ojos, queda encadenado al mundo real, deambulando en su vieja casa mientras es preso del paso del tiempo. La película reflexiona sobre la vida, la muerte, el amor y la tristeza, entre otras cosas. Los planos largos de la película marcan un ritmo lento y pausado, acompañados en ocasiones por silencios que demuestran, sin la necesidad de hablar y sin la necesidad de gesticular, el vacío y la tristeza profunda que siente el personaje de C, quién es representado por la figura de un fantasma cubierto por una sábana, a quién no podemos verle el rostro. La duración del tiempo del plano de ninguna manera es tiempo muerto, sino que es pensamiento. Pone en escena la percepción del personaje, las relaciones que hace, lo que siente, etc. Dichos planos largos, fijos, de minutos de duración, nos permiten en algunos casos, presenciar la realidad pura del paso del tiempo. Por el contrario, en cuanto al paso del tiempo a una mayor escala se refiere, en la película se observa claramente como este puede llegar a ser indistinguible. En algunos planos breves, en un pestañeo, pueden pasar semanas, y en un movimiento pueden pasar años. El más allá se expresa como un pasar del tiempo infinito, marcado por el encadenamiento de C a M y a la casa en la que vivieron, y todo lo que aquello representaba: el amor, la vida, los recuerdos.

No hay forma de determinar el tiempo con precisión; la percepción del mismo está totalmente alterada, y quizás de esta manera se intenta transmitir cierta reflexión con respecto al mismo. Al morir C, él queda encadenado a la casa, a la vida que vivió en ella y a su amor por M. Pasa años y años deambulando por la casa, observando todo a su alrededor y observando las distintas personas que luego la habitaron. Con el paso de años reducido nada más en segundos, en un movimiento, quizás lo que el director intenta decir es que el tiempo pasa por encima de nosotros inevitablemente, rápidamente, y mientras más estamos encadenados a algo, sin la posibilidad de poder seguir adelante, más rápido pasa y más doloroso es. Mientras que C queda como en un estado de pausa, el tiempo sigue. M retoma su vida y deja la casa, a la casa llega gente nueva, y C es incapaz siquiera de trascender a otra vida. Su tristeza se transforma en furia, la cual canaliza hacia la nueva familia que comienza a vivir en la casa, atormentándolos hasta impulsarlos a dejarla.

El tiempo en sí es aludido constantemente en la película. Hacia la mitad de la misma, cuando nuevos habitantes de la casa están en una fiesta, un joven hace un monólogo con respecto al tiempo y la vida. Así no sólo expresa una idea sobre el tiempo sino que también expresa el significado de la película. En el monólogo, establece que en realidad nada de lo que hacemos importa, porque a la larga, sin importar las grandezas y el reconocimiento que logremos en vida, al fin y al cabo terminaremos en el olvido. Se propone una desidia existencial en la que establece que al final de todo, el mundo se extinguirá por siempre y todo terminará en la nada. Refleja lo que sucede en la película; una vez llegada la muerte no queda nada más que el vacío y C se convierte en un fantasma, un observador ajeno y exterior, que ve la vida como en tercera persona. El tiempo deja de importar porque ya no hay nada por lo cual merece disfrutarse, tan solo queda esperar y observar envueltos en el vacío, sumergidos en un encadenamiento infinito de recuerdos.

¿Cómo funciona e incide el tiempo en la película? De repente, en vez de saltar hacia el futuro, salta hacia el pasado. En la muerte el tiempo no importa, la temporalidad como tal no existe. Todo es cíclico, infinito, y C es incapaz de huir de ese círculo debido a sus encadenamientos hacia M, hacia su historia, sus recuerdos compartidos y su pasado, encadenamiento el cual también lo unía a la casa en vida y lo ataba a ella, impidiéndole mudarse hacia otro lugar. A la larga, eso le causó la muerte: murió exactamente en la puerta de su casa. Demostrado por su narrativa cíclica, todo se trata de una paradoja. C, obstinado e incapaz de seguir adelante personalmente, termina siendo pasado por encima por el tiempo, el cual continúa avanzando incluso en la muerte. Nosotros nos morimos, pero la vida, el tiempo, nuestros seres queridos siguen adelante, lentamente olvidándonos. 

Tanto en el pasado como en el presente y en el futuro, el tiempo sigue avanzando a saltos, sin ninguna percepción exacta. La historia, que en un principio se presenta como una historia de encadenamientos a recuerdos y al pasado y a cómo superar los traumas, trasciende a algo más allá. Focaliza su atención en el espacio y como estos llevan las marcas de quienes allí vivieron, al mismo tiempo que se impregnan en la vida de sus habitantes. C no acepta su muerte temprana, y es por esa negación que divaga en ese entorno en el que supo vivir, siendo testigo del duelo y sufrimiento que atraviesa M, pero también de su superación. La película se encarga además de mostrarnos ese duelo a través de actos cotidianos y mundanos, captados con detalle a través de sus planos largos. El pesar de C se extenderá a lo largo del film, en búsqueda de una respuesta a nuestra existencia y la marca que queda luego de nuestra partida. Con su temporalidad tan particular, A Ghost Story termina representando un poema de amor, tiempo y despedidas, en donde el tiempo se vuelve insignificante cuando se antepone a la muerte, demostrando una vez más lo ínfima que puede llegar a ser la existencia del ser humano y lo irrelevante que serán los avances del sistema en el que vivimos. La película logra ahondar en la pregunta existencialista de por qué estamos aquí a través de una gran fotografía y una banda sonora que denotan cierta melancolía y angustia, y hacen de A Ghost Story una película sencilla pero extremadamente inmensa. 

Calificación: 10/10

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