‘Beau tiene miedo’: El armado del set

Del guionista y director Ari Aster, una de las mentes más inventivas del cine actual, llega un delirante viaje a lo desconocido con Beau tiene miedo.

Beau tiene miedo se rodó en Montreal, en locaciones urbanas, suburbanas y rurales que reflejan el viaje de la historia a través de múltiples mundos. Para dar vida a estos diversos mundos, la diseñadora de producción nominada al Oscar Fiona Crombie (The Favourite) transformó una calle citadina en el entorno cotidiano de Beau, buscó y decoró dos casas de Montreal muy diferentes para las paradas a lo largo del viaje y construyó un teatro al aire libre en un parque natural de Cap-Saint-Jacques para el desvío del bosque a mitad de la película.

“Para mí, lo más interesante del guión de Ari fue la forma en que la historia pasa de un acontecimiento a otro y de un lugar a otro, creando esos latidos visuales de la historia entre los que puedes moverte en compañía de Beau”, manifiesta Crombie, cuyo reciente trabajo de diseño incluye Cruella, de Disney. “Me encantó trabajar en un entorno contemporáneo con tanto movimiento visual. Encontrar la forma de conectar esas cosas y hacer que pareciera una sola película fue un desafío apasionante”. 

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Vivir a través de ésta 

Beau tiene miedo comienza en una ciudad sin nombre, en las calles que rodean un complejo de departamentos donde Beau lleva una vida solitaria mientras en el exterior la violencia hace estragos. “Necesitábamos empezar la película con un sentido del lugar sólido, aunque sabíamos que Beau iba a ser expulsado de allí rápidamente y enviado a su viaje”, cuenta Crombie. “Lo importante de la secuencia inicial es mostrar el estado de ánimo de Beau y dónde se encuentra”. 

Beau, quien corre a tomar un vuelo a casa para visitar a su madre, se ve envuelto en las sórdidas travesuras de su barrio, donde vagabundos drogadictos y psicóticos, incluido un hombre desnudo que acecha y apuñala a voluntad, languidecen en calles colmadas de tiendas porno, farmacias, cines de mala muerte y almacenes.

“Me encantó la sensación de peligro de la película que estaba ahí en la página”, afirma Crombie. “Me interesa trabajar con cineastas dispuestos a probar cosas diferentes y, cuando empecé a trabajar con Ari, me di cuenta de que con esta película íbamos a calar profundo. Íbamos a investigar el viaje de Beau como nunca antes me habían pedido que investigara nada”. 

Ocupando toda una manzana de la ciudad con tiendas a ambos lados, Crombie y su equipo de diseño revistieron cada fachada para reflejar la visión boschiana de Aster sobre el consumismo frenético. “Nada es casual en la obra de Ari: todo lo que ves está ahí por una razón, cada cartel, cada graffiti, cada vidriera”, señala Crombie. “Todo está diseñado con un lenguaje muy específico que anticipa algo que descubrimos más adelante en la historia”.

Los carteles y las superficies de la apertura se crearon desde cero, incluidas las fachadas de las tiendas, los burdos graffiti de los pasillos, los pósters de películas de ficción y los envases de los alimentos. Aster pasó horas en la preproducción eligiendo los nombres de las tiendas y los productos y diseñó la publicidad para reflejarlos.  

“El elemento de diseño gráfico de la película fue una distracción durante la preparación, porque me obsesioné con la construcción de los detalles del mundo de Beau”, confiesa Aster. “Nunca terminaba, y el equipo de diseño se volvía loco. Cada vez que pensaban que un decorado estaba terminado, yo regresaba con más carteles, portadas de libros, letreros y anuncios. Eso es lo divertido de esta película para mí: crear las pequeñeces de este mundo enfermo y cómico”. 

Las tomas interiores de la secuencia inicial, como la consulta de un psiquiatra y el vestíbulo, los pasillos y la unidad del edificio de departamentos de Beau, se construyeron en un plató y fueron decorados por el equipo de Crombie. “No se trata sólo la imagen de las películas de Ari, sino de los detalles”, dice Crombie. “Todo tiene un toque de Ari, hasta los libros de las estanterías y el nombre de la cena televisada de Beau”.

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Hogar dulce hogar 

Los fans de Hereditary y Midsommar recuerdan la fascinación de Aster por la arquitectura, y mientras esas películas impresionaron con sus viviendas y templos meticulosamente construidos, Beau tiene miedo presenta casas reales que el equipo de Crombie buscó en Montreal y decoró para reflejar las diferentes paradas en el viaje de Beau.  

Una casa en un frondoso suburbio es una estación de paso donde Beau se recupera tras un accidente; la otra, un enigmático pilote brutalista con ángulos agudos, contiene los secretos del pasado de su familia. Para estas locaciones, Crombie buscó casas que pudieran situar a los personajes dentro de determinados puntos de la trama y, al mismo tiempo, facilitar la ubicación y el movimiento de la cámara, así como el juego de luces necesario. 

Para la casa del cirujano Roger y su esposa Grace, el equipo buscó una estructura modernista con agradables líneas tanto dentro y fuera de la casa. “Para la segunda parada en el viaje de Beau, necesitábamos encontrarnos rápidamente en este ideal suburbano, una casa familiar que funcionara pacíficamente con una historia acogedora”, comparte Crombie. “Tenía que sentirse como algo que Beau nunca había experimentado y, al mismo tiempo, servir como un lugar donde pudiera quedarse y recuperarse, el tipo de hogar idealizado donde la felicidad se sintiera posible”.

Crombie localizó una casa de cristal en un suburbio de Montreal con abundantes ventanas que permitían ver a los personajes moviéndose, entrando y saliendo, yendo de una habitación a otra, como la hija de Roger y Grace, Toni (Kylie Rogers), y el inestable Jeeves (Denis Ménochet), a medida que la situación se agrava hasta convertirse en amenaza y caos. “Necesitábamos que Beau fuera visto, que nunca tuviera esa sensación de privacidad”, señala Crombie. “Los miembros de la familia tenían que poder ver todos sus movimientos por dentro y por fuera”.

La segunda casa de Beau tiene miedo se encontró a último momento, cuando las cámaras se preparaban para rodar. “Las instrucciones para esta casa eran complicadas porque tenía que ser digna de la riqueza y estatura de un personaje concreto sin ser demasiado opulenta o glamorosa”, cuenta Crombie.

Lo que el equipo de exploración encontró para su deleite fue una casa de varios pisos, con un vestíbulo abierto con vistas a los diferentes niveles de la casa, no muy diferente de la estructura tipo diorama que Aster construyó en un plató para Hereditary. Algunos de los momentos más intensos y extravagantes de la película se desarrollan en las distintas plantas de esta casa inusual, lo que la convierte en un personaje en sí misma, con sus múltiples niveles y su aura malévola. “Era una casa muy complicada que parecía anticuada y estancada en el tiempo, y también muy mohosa”, expresa Crombie. “Creo que nunca había visto nada igual: la tensión entre su grandeza arquitectónica y todo ese moho. Inmediatamente decidimos pintar los interiores de rosa”.

Fuente: Diamond Films