El sector audiovisual independiente de Brasil, junto con exhibidores y productores, está presionando al Congreso brasileño para aprobar este año una ley de regulación de VOD que destinaría más recursos a producciones locales y establecería cuotas obligatorias de contenido brasileño en plataformas de streaming. La iniciativa cuenta con el respaldo del gobierno de Lula da Silva, aunque enfrenta resistencia de los gigantes del streaming como Netflix, Amazon Prime Video, Disney+ y Globoplay.
La propuesta, Proyecto de Ley 2331/22, establece que las plataformas de streaming deberán pagar un impuesto Condecine del 6% sobre sus ingresos brutos en Brasil, recursos que se destinarán al Fundo Setorial do Audiovisual (FSA), principal fondo de incentivos a producciones independientes y al desarrollo de infraestructura de exhibición. Además, las plataformas podrán usar parte del impuesto para licenciar contenidos locales, garantizando que la propiedad intelectual permanezca con los productores independientes.
El proyecto también exige que al menos el 10% del catálogo de cada streamer sea contenido brasileño, con criterios de prominencia que aseguren la visibilidad de películas y series locales. Sin embargo, según el especialista en políticas audiovisuales Gabriel Portela, la resistencia más fuerte proviene de plataformas de video compartido, como YouTube y Meta, que también entrarían en la regulación. Para avanzar, se propone fusionar este proyecto con otro similar en discusión desde 2017, con el objetivo de lograr un consenso antes de las elecciones presidenciales de 2026.
De aprobarse tal como está planteado, se estima que la medida tendría un impacto anual de R$4 mil millones ($727 millones de dólares) en el sector independiente brasileño. Estos recursos fortalecerían tanto al FSA como a las licencias de contenidos locales para streaming, ofreciendo un impulso histórico a la producción audiovisual brasileña y promoviendo la sostenibilidad y visibilidad internacional del cine nacional.