Crítica por Federico Vargas
Luciano Cáceres interpreta a Bruno, un artista plástico que después de sufrir un hecho traumático se refugia en un desarmadero de autos hasta que tiene una visión reveladora, cambiando por completo el panorama de ahora en adelante.
La película no está completamente bien ejecutada, porque el mensaje que trata de dar se puede prestar para confusión. Spoilers a continuación—->: Uno lo puede interpretar como que Bruno (Cáceres) está siendo invitado a “morir” o “conocer la muerte” para acercarse nuevamente a su familia, concretamente a su esposa e hija que fallecieron, pero todo esto está mezclado en una ensalada con poco condimento.
Sumado a esto, por momentos busca ser un drama sobre la pérdida del personaje principal y luego parece querer ser un thriller del protagonista vs determinados personajes que acechan su lugar de trabajo (el desarmadero). El problema es que no quedan bien, ya que se siente como que uno es donde transcurre la verdadera historia y el otro solo sirve como excusa para la resolución.
Igualmente, la actuación de Luciano Cáceres hace todo un poco más digerible, ya que nos ofrece una gran interpretación en todo momento, aunque no ayudan mucho los demás, independientemente del poco tiempo en pantalla que tienen. Aunque se pueden quitar algunos casos muy concretos, como por ejemplo Malena Sanchez, quien en su papel de Doctora, lo hace bien pero no mucho más que eso.
El desarmadero plantea una buena historia, pero entre tanta mezcla de género, pocas actuaciones interesantes y unos aspectos técnicos que no ayudan lo suficiente como parecen, el film dirigido por Eduardo pinto se queda a mitad de camino.