El mundo del cine en Israel atraviesa un momento de alta tensión tras la victoria de “The Sea”, un drama en árabe que narra la historia de un niño palestino del West Bank que arriesga su vida para llegar a la playa de Tel Aviv. La cinta, dirigida por Shai Carmeli Pollak y producida por Baher Agbariya, se llevó el premio a Mejor Película en los Ophir Awards, lo que automáticamente la convierte en la representante de Israel en la carrera por el Oscar a Mejor Película Internacional. Sin embargo, la decisión provocó una fuerte reacción del ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar, quien prometió cortar los fondos a la Academia de Cine de Israel a partir de 2026.
Además del máximo galardón, la película también conquistó Mejor Guion, Mejor Actor para el joven palestino Muhammad Gazawi (de tan solo 13 años), Mejor Actor de Reparto para Khalifa Natour y Mejor Banda Sonora Original. Pese al reconocimiento, el ministro calificó la premiación de “escandalosa” y afirmó que “no hay mayor bofetada para los ciudadanos israelíes que este evento desconectado de la realidad”, denunciando que el filme retrata a los soldados de forma “difamatoria y falsa”. Estas palabras intensificaron la polémica, en un contexto ya cargado por la guerra en Gaza.
La ceremonia estuvo marcada por un fuerte contenido político y social: muchos de los ganadores vistieron camisetas negras con mensajes contra la guerra, como “un niño es un niño es un niño”, mientras otros lucieron imágenes de los rehenes. Desde la Academia Israelí de Cine y Televisión, su presidente Asaf Amir defendió la decisión: “Estoy orgulloso de que una película en árabe, fruto de la colaboración entre judíos y palestinos israelíes, haya sido elegida para representar a Israel en la competencia por el Oscar”, subrayando la importancia de mantener la independencia cultural frente a las presiones gubernamentales y los llamados al boicot internacional.