Esta crítica no contiene spoilers
En tan solo un minuto y veinte segundos, Lee Hardcastle es capaz de mostrarnos la mayor cantidad de sangre (hecha en Stop Motion) posible para todos los personajes que aparecen en pantalla. Curiosamente el protagonista es Chucky, cuya caracterización en este corto es sencillamente maravillosa: super escalofriante y que da mucha mala espina.