Code 8 es una película estadounidense dirigida por Jeff Chan y protagonizada por Kari Matchett, Robbie Amell, Stephen Amell, Sung Kang, Greg Bryk, entre otros.
Esta crítica no contiene spoilers
Code 8 es una película más que nos introduce en un mundo donde una determinada cantidad de personas tienen habilidades especiales y que obviamente el gobierno siempre va a querer entrometerse con ellos de alguna u otra forma, ya sea exterminándolos por ser un “peligro para la sociedad”, usarlos como armas de destrucción masiva o, en este caso, combatirlos por el tráfico en aumento de drogas.
Code 8 es una película que la podríamos llamar adaptación del cortometraje del mismo nombre y que fue dirigido por el mismo director. Nuestro protagonista Connor (Robbie Amell) tiene un objetivo claro en todo el film que es salvar a su madre de la enfermedad mortal que tiene. En su camino para salvarla, comenzará a conocer a los demás personajes, que entre alianzas y traiciones, que son bastante predecibles, deberá decidir por si mismo que hacer con sus poderes especiales.
La trama realmente es bastante sencilla, tratando de hacer hincapié en como se los ve diferente a estos “seres especiales” y a su vez vemos como ellos empiezan a sacar ventaja de sus cualidades por sobre los humanos normales. Pero el problema es que se siente vacía, se siente inconcluso el final que nos presenta Code 8, ya que parece que hay una necesidad de dejar algunos cabos sueltos para una.. ¿Secuela? No, hace poco se confirmó que habrá una serie sobre este film, así que posiblemente la historia continúe allí.
Los personajes de los hermanos Amell (Robbie y Stephen) son lo más destacado del film, mostrando una interesante química que pudo haber sido mejor explorada si no se hubiera intentado plantear tantas cosas en la trama, más específicamente sobre el origen de estos poderes, el motivo por el cual solo afecta a unos pocos humanos, entre otras cuestiones. Los demás la verdad son bastante olvidables y algunos de ellos son muy predecibles en su cuanto a su resolución.
En cuanto a los efectos especiales, realmente me sorprendieron. No necesariamente por que tan bien se vean con el CGI sino la utilización de los mismos. Si nos damos cuenta, no hay tanta carga de efectos visuales en la casi hora y cuarenta que dura el largometraje, sino que en determinados momentos vemos cómo están logrados al 100% los diferentes efectos que queremos ver. No es un festín de malos efectos especiales por computadora y hechos a las apuradas, sino que realmente han sabido utilizarlos en los momentos más tensos de la película. La ambientación y la fotografía corren con la misma suerte, logrando que se compacten de mejor forma con la historia que se presenta y sea mucho más realista dentro de la misma.
Code 8 no es una idea muy original, y realmente no sabemos si desarrollarán la serie y explorarán más este mundo alternativo de personas con habilidades sobrehumanas, pero aún así tiene cierto potencial en cuanto a la profundización de su universo y la presentación de estas historias que pueden llegar a significar algo mucho más simplista que otras tramas como los X-Men.