Esta crítica no contiene spoilers
Un ex mercenario, quien tras haber sido sometido a un cruel experimento adquiere el súper poder de sanar rápidamente, pretende vengarse del hombre que destrozó su vida. “Deadpool” llegó a los cines en febrero del 2016, dirigida por Tim Miller y protagonizada por Ryan Reynolds. La cinta tuvo un presupuesto de 58 millones de dólares y una recaudación de 782 millones de dólares en la taquilla mundial.
De entrada podemos ver que no es la típica película de superhéroes, es algo distinto a lo que son los “Avengers” o las cintas pasadas de los “X-men” y creemos que a eso se debe su popularidad y su éxito, mantiene demasiado la esencia del personaje de los cómics, es como si fuera algo calcado en la pantalla grande.
Tenemos a Ryan Reynolds que venía de tratar de encajar con el género de superhéroes interpretando a Linterna Verde o incluso a una versión “pobre” de Deadpool en “X-men: Origenes Wolwerine”, donde en ambos casos todo fue un fracaso: guión, efectos, actuación. Pero Ryan nunca dejó de confiar y fue él mismo el que propuso reivindicarse y dar luz verde a un nuevo y fresco proyecto de Deadpool.
Y podemos observar que dieron en el clavo, los efectos están muy bien logrados, sobre todo el de los ojos de la máscara de Deadpool. La fotografía y la ambientación son muy buenas. Es una película que no se toma nada en serio, principalmente al momento de hacer chistes o contarnos una historia que a la larga no importa o no tiene desarrollo, pero de eso se trata.
La trama es simple y fácil de entender, tenemos varios personajes dentro del film que acompañan al protagonista durante la historia y que no se sienten forzados. Cada uno tiene su momento, pero se entiende que Deadpool es el líder principal, la película es de él y de nadie más. El humor negro o bizarro que captamos en la cinta está muy bueno y al espectador le causa gracia, más allá de que en la actualidad las cosas se basan en lo “políticamente correcto”, el largometraje es fiel a su manera. Todo está muy bien representado.
Más allá de eso, vemos y entendemos que la película no es perfecta. Pero tampoco busca serlo, es un film que va al punto, nos explica de una manera simple pero chistosa cada cosa que se va desencadenando, el conflicto, el clímax y el desenlace, mediante el uso de muchas referencias.
En síntesis, Ryan Reynolds buscó darle algo nuevo a la industria y lo logró, nadie podía ser más Deadpool que él. Y con la ayuda de Miller, el equipo de producción y los actores secundarios consiguen una excelente película que te va a hacer reír mucho.