Esta crítica no contiene spoilers
Las películas de Rambo y el mismo Rambo son parte de los clásicos de culto de las películas de acción. Este tipo de películas suelen ser muy complicadas de ver pero sobre todo de analizar, justamente debido a lo que sus anteriores, en este caso antecesoras, han impactado en el mundo del cine. No hay porqué entrar en comparaciones, así que de entrada podemos decir que si Rambo: Last Blood no existiera o no se hubiera realizado, no nos perdemos de nada.
Partamos de la base que la película es entretenida, posiblemente para los fanáticos del personaje lo sea un poco más, pero lamentablemente no pasa de eso. Tenemos unas muy buenas escenas de acción, unas brutales y bien logradas escenas sangrientas/gore, pero lo demás, pasa sin pena ni gloria.
A fin de cuentas, no hay necesidad de entrar en un debate extenso sobre lo que la película debería ser o debería mostrar. Cualquiera que conozca un poco la saga y al personaje y sobre todo a la interpretación de Stallone sabe que lo único que importa acá es ver como John Rambo asesina y masacra a todos los malos de turno que se le cruzan en el camino. Pero cuando entramos en desarrollo de personajes, tanto en las interpretaciones como en las situaciones en las que se van envolviendo con el pasar de los minutos, son completamente predecibles y hasta por momentos demasiado sobre actuadas.
Esta película incluso se siente más una venganza que otra cosa, entonces el nombre del film como que le da más peso por ser Rambo y que Stallone vuelve una vez más en el papel. Pero lamentablemente lo demás llega a ser muy olvidable. Los momentos tensos duran poco y no llegan a impactar lo suficiente o lo que deberían, sacando uno o dos momentos. La primera media hora es un poco lenta y densa, para luego ir resolviendo las cosas a las apuradas y dejar unos últimos 20 minutos de puro gore (que es lo mejor de todo el largometraje).
En resumen, Rambo: Last Blood funciona como una película para los fanáticos de la acción, del gore, de la sangre y de obviamente ver a Stallone partiendole la madre a cualquier mexicano que se le aparece durante su travesía en una nueva (y posiblemente última) aventura como John Rambo.