Dwayne Johnson se sincera por completo ¿Se viene postulación a presidente?

Durante años, Dwayne “The Rock” Johnson se ha consolidado como un símbolo del poder de la taquilla mundial: una imponente figura de carisma, atractivo comercial y entretenimiento para las masas. Pero en el nuevo y crudo drama de Benny Safdie, “The Smashing Machine”, Johnson cambia su swagger de superhéroe por una fragilidad emocional, una vulnerabilidad física y una verdad inquebrantable que ha dejado a la crítica hablando de un potencial Oscar.

En el estreno de la temporada del pódcast “Awards Circuit” de Variety, Johnson, todavía procesando la eufórica recepción de la película en el Festival de Venecia, se sinceró sobre el viaje que implicó interpretar al legendario luchador de MMA Mark Kerr. El film narra el ascenso de Kerr en los brutales primeros días de las artes marciales mixtas, sus batallas contra la adicción y la guerra interna que casi le costó todo.

La Transformación: “La cosa más difícil que he hecho”

Para Johnson, el proceso fue una metamorfosis total. “Esta transformación fue la cosa más difícil que he hecho jamás”, confesó. No se trataba solo de las prótesis y el cambio vocal para emular a Kerr, sino de un compromiso físico absoluto. El director, Benny Safdie, le dejó claras sus intenciones desde el principio: “Quiero filmar esto y nunca cortar la cámara de ti. No quiero usar a tu doble de acción”. La respuesta de Johnson fue inmediata: “Ok. Si a Mark lo golpean, a mí me golpean”.

El desafío físico fue aún más allá. Safdie le dijo: “DJ, no sé si alguien te ha dicho esto… pero necesitas ganar peso”. Johnson, acostumbrado a una estricta disciplina física, aceptó el reto. “Tenía que ponerme ‘un poco hinchado'”, explicó, “pero no solo ganar peso, sino ganar una calidad de músculo con capacidad de contracción rápida. Es un luchador. No se trata de culturismo”. Durante tres meses y medio, se sometió a un entrenamiento brutal centrado en el cuello y los trapecios. “Luchadores de la vieja escuela sin cuello. Eso es lo que tenía que hacer”, dijo. Dos semanas después de terminar el rodaje, tuvo que transformarse de nuevo para ser Maui en la película de “Moana”.

Una Conexión Personal: “Nunca sabes por lo que está pasando alguien”

Lo que hace que su interpretación sea tan poderosa es una conexión personal con el propio Mark Kerr que se remonta a los años 90. “Empecé a luchar en el 96, después de que mi carrera en el fútbol americano terminara”, recordó. “Cuando luchábamos en Los Ángeles, todos íbamos al mismo gimnasio. Ahí conocí a Mark, a Coleman, a Kevin Randleman, a Don Frye. Leyendas”.

En aquel entonces, Johnson era el novato “Rocky Maivia” y el público lo abucheaba. “Yo era un ‘jabroni'”, admitió, “y él fue como, ‘Bien por ti, chico'”. Lo que Johnson no sabía en ese momento era la lucha interna que Kerr estaba librando. “No sabía lo que estaba pasando: adicción, depresión, vergüenza. Lo miras y piensas que está en la cima del mundo. Pero esa es la lección: nunca sabes por lo que está pasando alguien“.

El Costo Emocional: “Tenía que ir a lugares oscuros”

La película no se centra en la victoria, sino en la lucha de un hombre contra sí mismo. Kerr lo pierde todo y sufre dos sobredosis. Para Johnson, interpretar esa realidad significó abrirse a sus propios demonios. “Una vez que crucé esta línea hacia el trabajo dramático, supe que tendría que ir a lugares oscuros: al trauma, al dolor, a cosas que no quise tocar durante años”, confesó.

“No soy muy de terapia. Como muchos hombres, me lo guardo todo. Es tan poco saludable. Pero sabía que si iba a hacer esto, tenía que abrirme”, continuó. “Esta película me dio un lugar para poner todas esas cosas. No sé si es método, sea lo que sea, me entregué por completo“. El propio Kerr, que sobrevivió a sus adicciones, fue una fuente invaluable. “¿Qué estabas pensando?”, le preguntaba Johnson. Y Kerr respondía: “Nunca perdí”. Para el luchador, la victoria se había convertido en el enemigo, la presión se había vuelto tóxica.

Empatía Radical y una Posible Carrera Presidencial

Para Johnson, el mensaje final de la película es lo que el director Benny Safdie bautizó como “empatía radical”. “Si puedes sentir empatía por alguien que parece invencible, como Mark Kerr, entonces puedes sentirla por cualquiera”, explicó. Es una lección que ha compartido con su propia hija Simone (la luchadora de la WWE, Ava Raine).

Y sobre la pregunta que siempre lo persigue, si “La Roca” se postulará alguna vez a la presidencia, su respuesta fue tan carismática como ambigua. “Es una locura, hombre. Siempre me siento honrado cuando la gente me pregunta eso. Amo lo que hago, amo contar historias. Pero sí… ya veremos”. Con “The Smashing Machine”, Dwayne Johnson no solo busca un Oscar; busca redefinir su propia leyenda, demostrando que la verdadera fuerza reside en la vulnerabilidad.

Resumen de entrevista realizada por Variety.