El legendario actor y comediante Eddie Murphy confesó que sí sintió molestia la noche en que perdió el Oscar por su papel en Dreamgirls en 2007… pero no por haber sido derrotado. En el nuevo documental de Netflix, Being Eddie, el actor de 64 años recuerda cómo llegó a la ceremonia como claro favorito tras arrasar en los Globos de Oro, los SAG Awards y los Critics Choice Awards. Sin embargo, cuando Rachel Weisz abrió el sobre, el ganador resultó ser Alan Arkin por Little Miss Sunshine.
Murphy admite en el documental que lo que realmente lo enfureció fue haberse vestido y asistido a un evento al que normalmente evitaría. “No ganar el Oscar o no ganar nada no es lo que me jode la mente… Lo que me jode la mente es que me visto y vengo a la cosa, porque normalmente no voy a las entregas de premios”, confiesa. Luego añade: “Siempre que pierdo, pienso: ‘Estos hijos de p… me hicieron venir hasta acá’. Podría haber perdido en mi casa… Estoy en el maldito esmoquin. Qué pérdida de tiempo.”
Aun así, Murphy asegura que jamás se amarga por el resultado: “Es maravilloso ganar cosas, pero si no gano, me importa un carajo… Sigo llegando a casa y sigo siendo Eddie por la mañana.” Esa noche, su compañera de reparto en Dreamgirls, Jennifer Hudson, sí se llevó el Oscar a mejor actriz de reparto, consolidando su salto de American Idol a estrella de cine.
El documental también rescata otro momento clave de Murphy en la historia de los Oscar: su discurso en 1988, cuando presentó el premio a mejor película y denunció la falta de representación en Hollywood. “Los negros no estaremos en el vagón de cola de la sociedad… reconózcannos”, dijo en el escenario. Sobre aquel instante, recuerda: “Incluso dije antes: ‘Probablemente nunca gane un Oscar por decir esto…’ Y fui y lo dije.” Su historia completa puede verse ahora en Netflix, donde Being Eddie ya está disponible.