Con la cámara en una altura más alta, lentes teleobjetivos, efectos de cámara lenta, planos de espalda, una estética distinguida y un gran acompañamiento musical, Xavier Dolan logra contar historias profundas de una manera diferente, utilizando estos elementos en favor de la representación de sus personajes. Ahora bien, para entender su visión y su manera de narrar, también hay que entenderlo a él y un poco de su historia. Nacido en Montreal, Canadá, el 20 de marzo de 1989, Xavier Dolan es un director, actor, guionista, diseñador de vestuario y actor de voz que desde 2009 ha escrito y dirigido 8 películas. Su debut como director fue con I Killed my Mother (2009), la cual escribió, dirigió, produjo y protagonizó a la edad de 19 años, y atrajo la atención del público cuando se estrenó en el festival de Cannes. A partir de entonces, comenzó una brillante carrera como director, cuya filmografía incluye 8 películas: I Killed my Mother (2009), Heartbeats (2010), Laurence Anyways (2012), Tom at the Farm (2013), Mommy (2014), It’s Only the End of the World (2016), The Death and Life of John F. Donovan (2018) y Matthias & Maxime (2019).
Destaca por su estética distinguida, la cual en más de una ocasión fue comparada con la de Pedro Almodóvar; ornamental, repleta de signos y especial énfasis en el detalle, a menudo colorida y cargada, pero también destacada por aspectos formales, como los planos utilizados y los movimientos de cámara, que dan indicio de cómo Dolan, más que regirse a lo común, le gusta en cierta manera romper la norma y permitirse jugar con la cámara. Su gusto musical es directamente plasmado en sus películas, logrando enfatizar las imágenes, y su predilección por los diálogos cargados, intensos y con subidas y bajadas de tono, le permite a sus actores desenvolverse libremente en situaciones exasperantes donde los personajes gritan a todo pulmón como si fuese de lo más normal. Si bien, esta serie de elementos aparecen de manera recurrente a lo largo de su filmografía, no es que se mantienen metódica y monótonamente. Se trata de un uso de técnicas en constante evolución que se desarrollan en una estética marcada, la cual alcanza su punto máximo en Mommy (2014), para luego verse de cierta manera eclipsada o neutralizada a partir de It’s Only the End of the World (2016). Esto significa una bisagra entre dos períodos de la filmografía de Dolan.
Esta periodización se da de manera cronológica. El primer período de Dolan abarca desde su primera película en 2009, I Killed my Mother, hasta su quinta película en 2014, Mommy. Lo llamaré el período más joven y más estético de Xavier Dolan. Como ya mencioné, se caracteriza por la forma en que Dolan tantea los encuadres y utiliza estos elementos formales pura y exclusivamente en función de la representación de los personajes. Es el período en el que más influencias se notan, pero también el que mejor marca su estilo. Así como los distintos personajes comparten ciertos elementos de su personalidad a lo largo de las películas, en este período también lo hace el modo de representación donde repetidas técnicas demuestran el estilo de Dolan, quien se incluye a sí mismo en cuatro de las cinco películas de este período, realizando un cameo en una de ellas y protagonizando las tres restantes; algo que no se volvería a repetir hasta su más reciente película, Matthias & Maxime. Comenzamos a ver sus gestos más característicos y sus muecas como intérprete, esa sonrisa forzada que lo caracteriza y su tic nervioso de comerse las uñas que aparece con frecuencia en los personajes de este período y solo vuelve a aparecer en Matthias & Maxime. Empieza probando encuadres de cámara distintos, como el cambio de un eje a otro a través del desplazamiento de cámara de un lado a otro de los personajes cuando estos dialogan, lo cual más tarde abandona. Los planos dorsales, las cámaras lentas y el montaje ideológico sin dudas caracterizan este período.
El segundo período va desde su sexta película en 2016, It’s Only the End of the World, a su más reciente película en 2019, Matthias & Maxime. En esta segunda periodización, toda esta carga estética tan característica simplemente disminuye. Si bien algunos momentos se mantienen inevitablemente, ya no se ven tan presentes como en la primera época de Dolan, la cual logró mantener un estilo que sin embargo no se repetía en sí mismo. Ya no vemos montajes ideológicos o cambios en la relación de aspecto, ni tampoco vemos que la estética retrate a los personajes de una manera tan marcada. La narrativa ya no se encuentra en constante evolución e innovación, es un período más centrado, más serio si se le quiere decir; lejos están los colores y la extravaganza del primer período. Hay alguna que otra cámara lenta y una buena fotografía, pero nada tan memorable ni al nivel de Heartbeats o Laurence Anyways.
Ahora bien, en cuanto a su estética nos referimos, se puede notar que esta es especialmente marcada en el primer período establecido anteriormente (de I Killed my Mother en 2009 a Mommy en 2014). Si bien a lo largo del segundo período (It’s Only the End of the World en 2016 a Matthias & Maxime en 2019), aún hay rastros y marcas de dicha estética, es en el primer período en donde Dolan más se permite experimentar y establecerla, así luego en el segundo período puede simplemente mantenerla, inclinándose más a un cine, si se le quiere decir, más maduro, o un tanto comercial (sin abandonar, sin embargo, su base y viejas costumbres independientes, en donde Dolan más destaca. Cabe aclarar que esta “comercialización” se debe más a que, para ese entonces, Dolan ya resulta un director con cierto renombre).
El primer período de su filmografía, el período más experimental y más estético, recae también en los inicios de su carrera, y eso no es casualidad. A Dolan se lo puede llamar un cineasta independiente en todos los sentidos, y es en el cine independiente donde él nace como director. Es en este cine independiente donde él encuentra un lugar para romper con las estéticas “normales”, típicas del cine comercial. Juega con los encuadres, con los colores, con los movimientos de cámara, con la escenografía, con sus personajes y con la música. Se permite realizar esos tanteos, esa experimentación, porque en cierta forma intenta establecerse a sí mismo y a su estética; y una vez que lo logra, es cuando transiciona al segundo período donde ésta ya está establecida. En sus películas vemos un mundo histérico, con personajes erráticos y complejos, y Dolan logra transmitir este mundo y esta clase de personas, a partir de los recursos cinematográficos que utiliza para crear su estética.
Ahora bien, ¿cómo se compone la estética de Xavier Dolan en el primer período de su filmografía? ¿Y cómo la utiliza en función de retratar y transmitir este mundo?
Para empezar, hay que hablar de los personajes: ya mencionados como erráticos y complejos, son también cerrados y, por lo tanto, difíciles de comprender. Dolan no deja que se muestren al espectador en su totalidad, siempre hay algo, alguna faceta, que queda oculta. Sus personajes son realistas, no se ajustan a la neuro-tipicalidad tan aceptada de personas alegres y sin problemas, estereotipadas, sino que varios de ellos padecen trastornos psicológicos, tienen traumas y sufren, como de hecho es la realidad que nos atraviesa. Los personajes se erizan y se desenvuelven contra el mundo a su alrededor, incluyendo sus allegados más cercanos y más queridos. Además son terriblemente honestos y directos, y es en esa honestidad donde encuentran su esencia, su verdad. Estos se encuentran a sí mismos no solo en los momentos de crisis sino que también atravesando momentos de transición, a menudo causados por estas crisis.
Tampoco aborda temáticas cliché. Dolan se interesa por mostrar familias disfuncionales, monoparentales (generalmente, es la figura paterna la que está ausente en estas familias, ya sea por la muerte o el abandono), y muestra estas familias de manera realista, con madres que fallan, con la incomprensión entre sus personajes y con peleas. Aborda también la sexualidad, el género, la muerte, los amores imposibles. Sus personajes se salen de la heteronormativa o cuestionan su sexualidad, pero vale destacar que estas temáticas tampoco son el foco principal de sus historias. Sus películas no se tratan de la homosexualidad, sino que Dolan la normaliza, la muestra como fondo, pero nunca como causa.
Teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrolló su primer período, en la antesala del cine de hoy en día, que, en comparación al pasado, goza de mayores libertades y resulta más progresista, el abordaje de estas temáticas resultaba de cierta manera nuevo, rupturista. Era salir del cliché, de los estereotipos, de lo tabú. Y esta “innovación” de temáticas, el mostrarlo de una manera realista sin embellecimientos narrativos para que la audiencia lo pueda digerir, va en sintonía con la innovación de los recursos cinematográficos utilizados, los cuales se encuentran en función de la construcción de los personajes y el poder transmitir el mundo según su percepción.
Comenzando por los encuadres, Dolan hace un gran uso de estos y su función comunicativa. Tomemos como ejemplo I Killed my Mother (2009). Aquí, el personaje principal, Hubert, mantiene una relación volátil con su madre, Chantale. Ambos son incapaces de compartir el mismo espacio, Hubert vive peleando con su madre, y ella es incapaz de comprenderlo y tenerle paciencia. En esta película, Dolan aísla los personajes uno del otro a través del uso de planos cerrados, logrando que a pesar de que ambos estén sentados uno al lado del otro, podamos ver la soledad que ellos sienten. Físicamente están cerca, pero a través de estos planos se muestra que tan lejos están de llegar al otro.
En cuanto a la composición de los encuadres, Dolan distribuye todos los elementos del encuadre simétricamente, de manera tal que resulta eficiente para su comprensión. No se estanca en la simpleza, sino que a través de los accesorios, la ropa, la decoración, etc., logra contrastar y crear una diversificación, sin cargarlos en exceso. Con una tendencia hacia lo ornamental con el uso de estampados, pendientes llamativos y ambientes cargados y coloridos, y con un toque kitsch, logra un balance perfecto en la composición, aportando narrativamente a la construcción de los personajes. Por ejemplo en Heartbeats, el maquillaje, peinado, accesorios y vestuarios anticuados de Marie, aportan a su personalidad y su deseo de llamar la atención de Nico, ya que este tenía una preferencia por figuras populares femeninas y la cultura de aquellas épocas.
Sus personajes siempre se ubican en el centro cuando de planos cerrados se trata, pues ellos son el foco de atención, de manera tal que conforman también el punto de atracción. Esto no quiere decir que la cámara siempre esté a la misma altura, ya que Dolan tiene una afinación por la cámara en altura, por encima del nivel de los ojos del personaje, mostrando más cielo o espacio sobre ellos, y empequeñeciéndolos a la vez. Además trabaja los encuadres de manera especialmente simétrica, utilizándola para también establecer las relaciones entre los personajes, ya sean interdependientes o antagónicas, agrupándolos simétricamente en planos conjunto o planos individuales en sistemas de plano y contraplano. De esta manera desarrolla una estética armoniosa, que puede yuxtaponerse con planos asimétricos cuando el balance en la historia es distorsionado.
También le gusta jugar con la relación de aspecto, no por algo meramente estético, en el sentido de que no lo hace solamente para embellecer la imagen, sino que también con una función comunicativa. El ejemplo por excelencia es Mommy, donde su relación de aspecto 1:1 resulta en un marco apretado que hace que cada plano parezca un retrato, y a su vez encierra a sus personajes y los aísla del otro. Vemos tres personas que por su lado sienten una soledad tremenda: Die, viuda, Steve, incomprendido, y Kyla, la nerviosa y tímida vecina de enfrente. Los tres forman la familia que necesitaban para sobrellevar sus problemas. Sin embargo, hay dos momentos de alivio y de respiro, donde la relación de aspecto se abre: cuando los personajes se encuentran en un momento de sus vidas en donde todo es feliz y todo parece encontrar su camino, y cuando Die sueña con un futuro brillante para ella y su hijo Steve. En estos momentos donde los personajes son libres y se permiten soñar, la apertura de la relación de aspecto significa una expansión de sus horizontes y una liberación del encierro. Aún así, una vez que los personajes se enfrentan a la cruda realidad, la relación de aspecto se cierra y vuelve a encerrarlos en sus problemas.
Algo similar sucede en Tom at the Farm, en donde los personajes influyen de manera literal la relación de aspecto. Mientras que esta ya de por sí es ancha, se ensancha aún más cuando la ansiedad que experimenta Tom alcanza sus puntos máximos, por ejemplo cuando Tom está siendo asfixiado por Francis. Por otro lado en Laurence Anyways, el formato 4:3 denota cierta simetría en relación al concepto de un retrato, permitiendole a Dolan realizar planos de uno o dos individuos llenando el plano, o más bien el plano adecuándose a los personajes.
Por otro lado, Dolan hace uso de planos de espalda, generalmente acompañados por música extradiegética y el recurso de slow-motion, el cual se ha convertido en una huella del cine de Xavier Dolan. En estas secuencias, el personaje primero es presentado de espaldas, dando indicio de cierta distancia entre el personaje y la audiencia. En estos planos, el personaje camina, se mueve en su entorno, y nosotros como espectadores solo podemos ver eso, el entorno en el que se mueve el personaje, más no podemos ver su expresión, no tenemos acceso al personaje como tal. Por otro lado, el uso del recurso de slow-motion, es utilizado en momentos de rebeldía, de revelación y de performance, como por ejemplo cuando en Heartbeats, hacia el final, Francis y Marie se encuentran en una fiesta, ya habiendo superado e ignorado a Nicolas, pero ambos ven a la distancia a otro chico que les resulta apuesto, y en cámara lenta se acercan decididos a hablarle, en búsqueda de otro amante para compartir. Estos momentos de slow-motion, a menudo son acompañados con buena música, y se da la sensación de que representan la propia representación que los personajes tienen sobre sí mismos. No solo dan vida a su estado emocional sino que también a cómo ellos dirigirían el momento en sí.
Finalmente, otro recurso característico en la estética de Xavier Dolan es el uso que él le da al arte en sí, en cuanto a dirección de arte se refiere. Ya fue mencionado el estilo ornamental, los vestuarios y los ambientes cargados y coloridos que aportan a la historia y a los personajes, pero también quisiera hacer mención a la dirección de arte presente en aquellos momentos más abstractos, en donde a la audiencia se le da una posición más que privilegiada en la mente de los personajes. En cada película hay miedos, sueños, recuerdos y fantasías que se manifiestan visualmente para ofrecer un mejor entendimiento de la cosmovisión de estos individuos. En Laurence Anyways, por ejemplo, mientras Fred lee el libro que le había mandado Laurence con un poema dedicado a ella, una ola de agua cae sobre ella, como un enorme baldazo de agua fría reflejando lo que Fred siente después de tantos años sin saber nada de Laurence. Ese baldazo de agua fría significa el despertar, el darse cuenta de que ella todavía amaba a Laurence. Otro ejemplo, en la misma película, es cuando Laurence y Fred escapan a la isla en una decisión fugaz. Con su llegada, en cámara lenta, ambos personajes abriéndose y adentrándose en su nuevo entorno, ropa de todos los colores cae del cielo, mientras ambos ríen y caminan con alegría. Es como si ambos se despojaran de sus disfraces, de sus ropas, y se adentraran en un espacio y una vida más libre.
En conclusión, a través de su estilo y su estética, con los recursos cinematográficos que utiliza, Xavier Dolan presenta una forma de percibir el mundo tan innovadora como la de los recursos utilizados. No se centra en quedarse en el molde ni mostrar personajes chatos y blandos, busca lo complejo e intenta explotar las cualidades cinematográficas al máximo, así como también las cualidades de sus historias, de los temas que aborda y de sus personajes, creando cierta sintonía entre estética y recursos, y percepción del mundo. Para él, el mundo está cargado; cargado de historias y personas complejas, que se salen del molde, y no busca mostrar una realidad estereotipada y feliz, sino una realidad tal cual es. A través de los varios recursos cinematográficos que tienden a ser innovadores, encuentra también una forma más innovadora de percibir el mundo que lo rodea.