El Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) ha lanzado una contundente declaración de guerra contra el acuerdo del año, oponiéndose firmemente a la propuesta de adquisición de los estudios y el negocio de streaming de Warner Bros. Discovery por parte de Netflix. En un comunicado que ha sacudido a la industria, el gremio advirtió que la megafusión de 83.000 millones de dólares tendría consecuencias devastadoras, eliminando puestos de trabajo, reduciendo salarios y aumentando los precios para los consumidores.
La postura del sindicato es clara y directa, apuntando al corazón de la competencia en el mercado. “Que la compañía de streaming más grande del mundo se trague a uno de sus mayores competidores es lo que las leyes antimonopolio fueron diseñadas para prevenir”, sentenció la organización. El WGA argumentó que el acuerdo reduciría la diversidad de contenido y empeoraría las condiciones para todos los trabajadores del entretenimiento. “Esta fusión debe ser bloqueada”, concluyeron de manera tajante.
El rechazo no es exclusivo de los escritores; el Sindicato de Productores de América (PGA) también expresó su profunda inquietud. “Los productores están legítimamente preocupados por la intención de Netflix de adquirir uno de los estudios más históricos y significativos de nuestra industria”, declaró el gremio. El PGA enfatizó que la fusión debe superar una prueba crucial: proteger la distribución teatral real y el sustento de los creadores. “Nuestros estudios tradicionales son más que bibliotecas de contenido: dentro de sus bóvedas están el carácter y la cultura de nuestra nación”, agregaron.
La preocupación se extiende a todos los rincones de Hollywood. El Sindicato de Directores de América (DGA) manifestó que el acuerdo plantea “preocupaciones significativas”, mientras que Cinema United, el grupo que representa a las cadenas de cine, calificó la posible absorción como “una amenaza sin precedentes para el negocio global de la exhibición”. Con los principales gremios y exhibidores formando un frente unido de oposición, la ambiciosa jugada de Netflix enfrenta ahora una batalla campal regulatoria y política antes de poder concretarse.