La ganadora del Oscar, Jamie Lee Curtis, ha lanzado una dura crítica contra el edadismo (discriminación por edad) de Hollywood, revelando que lleva décadas preparándose para su eventual retiro para no sufrir el mismo destino que sus legendarios padres, los actores Janet Leigh y Tony Curtis.
En una extensa y sincera entrevista con el periódico The Guardian, la actriz explicó que la dolorosa experiencia de sus padres moldeó por completo su visión de la industria. “Fui testigo de cómo mis padres perdieron aquello que les dio su fama, su vida y su sustento, cuando la industria los rechazó a cierta edad”, confesó. “Vi cómo alcanzaron un éxito increíble y luego cómo eso se erosionó lentamente hasta desaparecer. Y eso es muy doloroso”.
Por esta razón, Curtis afirmó que siempre ha tenido un pie fuera de la industria. “Llevo 30 años auto-retirándome. Me he estado preparando para salir, para no tener que sufrir lo mismo que mi familia. Quiero irme de la fiesta antes de que dejen de invitarme”, sentenció. Irónicamente, la actriz de 66 años se encuentra en uno de los momentos más ocupados y exitosos de su carrera, con una larga lista de proyectos que incluyen la secuela “Freakier Friday”, un reboot de “La Reportera del Crimen” (“Murder, She Wrote”) y la serie “Scarpetta” junto a Nicole Kidman para Prime Video.
En la misma entrevista, Curtis también arremetió contra la industria de la cirugía estética, a la que acusó de cometer un “genocidio de una o dos generaciones de apariencia humana natural”. Para la sesión de fotos, la actriz posó con unos labios de cera gigantes como una declaración en contra de los procedimientos cosméticos. “El concepto de que puedes alterar tu apariencia a través de químicos, procedimientos quirúrgicos, rellenos… hay una desfiguración de generaciones, predominantemente de mujeres”, afirmó, reafirmándose como una de las voces más críticas y honestas de Hollywood.