El comediante y presentador Jimmy Kimmel se encuentra en el centro de intensas conversaciones con Disney y ABC para definir el destino de su emblemático show nocturno Jimmy Kimmel Live. La producción fue retirada inesperadamente de la parrilla el pasado 17 de septiembre después de que importantes cadenas como Nexstar y Sinclair anunciaran que dejarían de transmitirlo, en reacción a comentarios del conductor sobre Donald Trump y el activista conservador Charlie Kirk. Aunque todavía no hay acuerdo a la vista, ambas partes trabajan en un compromiso que permita el regreso del programa, en antena desde 2003.
El conflicto ha desatado un fuerte debate en torno a la libertad de expresión en Estados Unidos. Mientras sectores conservadores aplaudieron la decisión de Disney, figuras progresistas y defensores de derechos civiles criticaron lo que consideran un acto de censura. Manifestantes se congregaron en Nueva York, Burbank y Hollywood exigiendo el regreso del programa, que en 2024 generó más de 51 millones de dólares en ingresos publicitarios, representando el 21% del total de la inversión en el bloque nocturno.
De acuerdo con fuentes cercanas, Kimmel también sopesa el impacto de la cancelación sobre los empleos de decenas de trabajadores y proveedores vinculados al show, muchos de los cuales aún se recuperan de las huelgas de actores y guionistas de 2023. Además, el presentador entiende que el desenlace de esta disputa marcará no solo su carrera, sino también proyectos estratégicos de Disney, que busca fortalecer su posición en el mercado audiovisual con acuerdos claves como la entrada de la NFL en ESPN y la compra de Fubo.
Si bien Kimmel había insinuado en el pasado la posibilidad de retirarse de la televisión nocturna, aún mantiene compromisos importantes con la cadena, como su rol en Who Wants To Be a Millionaire y otros especiales. Sin embargo, el desenlace de las negociaciones con Disney será decisivo: mientras la compañía intenta calmar la controversia y proteger sus relaciones con afiliadas y anunciantes, Kimmel enfrenta la difícil tarea de defender su voz crítica sin poner en riesgo el sustento de su equipo y su legado en la pantalla.