Keanu Reeves compartió en el podcast New Heights una curiosa anécdota sobre su llegada a Hollywood: su manager le pidió cambiar su nombre a los 20 años. “Mi manager dijo, ‘Queremos cambiar tu nombre’. Así que eso fue como un ‘bienvenido a Hollywood’”, recordó Reeves, quien estaba caminando por la playa pensando en su identidad. El actor incluso consideró nombres como “Chuck Spadina”, inspirado en su calle natal en Toronto, y llegó a ser acreditado como “KC Reeves” en una película para televisión de Disney en 1986, antes de decidir regresar a su nombre real.
Durante su juventud, Reeves exploró distintas opciones. “Mi nombre intermedio es Charles, así que pensé, ‘…Chuck?’ Y crecí en una calle llamada Spadina, entonces Chuck Spadina. Luego pensé en Templeton, y terminé como KC Reeves… Y luego no pude hacerlo. En las audiciones me llamaban ‘KC Reeves’ y ni siquiera respondía”, relató el actor. Afortunadamente, con películas icónicas como Dangerous Liaisons y Bill & Ted’s Excellent Adventure, Reeves retomó su nombre verdadero y construyó su carrera internacional.
Actualmente, Reeves promociona su nueva comedia Good Fortune, dirigida por Aziz Ansari y co-protagonizada por Seth Rogen y Keke Palmer, donde interpreta a un ángel guardián que pierde sus alas mientras enseña a un humano que el dinero no soluciona los problemas. La película se estrenará en cines el 17 de octubre bajo Lionsgate, sumando un nuevo proyecto a su versátil carrera.
El cambio de nombre no es raro en Hollywood: Leonardo DiCaprio reveló recientemente que un agente le sugirió adoptar “Lenny Williams” por sonar “demasiado étnico” cuando era adolescente. Estas historias muestran cómo incluso futuras estrellas deben navegar las presiones de la industria antes de encontrar su verdadera identidad artística.