El reconocido actor danés Mads Mikkelsen vuelve a reinventarse en The Last Viking, la nueva película de Anders Thomas Jensen presentada en Venecia y TIFF. En esta ocasión, el director decidió llevar al intérprete a un terreno inusual: lejos de la imagen del galán europeo, Mikkelsen aparece con un aspecto deliberadamente poco favorecedor, algo que, según el propio cineasta, fue idea del actor. “Todo el mundo lo ve como un hombre icónicamente bello, pero una parte de él quiere ser feo”, comentó Jensen.
La cinta, producida por Zentropa y vendida internacionalmente por TrustNordisk, narra la historia de Manfred (Mikkelsen), un hombre torpe y olvidadizo que intenta recomponerse tras el regreso de su hermano Anker (Nikolaj Lie Kaas) de prisión. Años atrás, ambos participaron en un robo, pero el dinero desapareció y ahora la búsqueda reaviva tensiones, entre oscuros recuerdos y excéntricos personajes.
Fiel a su estilo, Jensen combina humor negro y drama desgarrador, creando una atmósfera en la que lo absurdo convive con lo emotivo. El director explica que su objetivo es siempre elegir la emoción antes que la risa, aunque no renuncia a empujar los límites de lo “correcto”. Para él, lo interesante está en las imperfecciones humanas, en los personajes quebrados que revelan tanto sus lados más tiernos como los más inquietantes.
Más allá de los giros de guion, secuencias violentas e incluso un inesperado interludio musical, The Last Viking se revela como una historia profundamente familiar, explorando las dinámicas entre hermanos y las heridas del pasado. Con una propuesta arriesgada, Jensen y Mikkelsen vuelven a demostrar por qué forman una de las duplas más singulares del cine danés contemporáneo.