Michael J. Fox vuelve a destacar que su mayor fortaleza no proviene de Hollywood, sino de su hogar. A sus 64 años, el querido actor asistió al evento benéfico A Funny Thing Happened on the Way to Cure Parkinson’s, en Nueva York, donde habló sobre el rol fundamental que su esposa, Tracy Pollan, y sus cuatro hijos han tenido desde que recibió su diagnóstico en 1991. “Son tan solidarios y tan increíbles”, dijo sobre Sam, Esmé, Aquinnah y Schuyler. El actor confesó que aún se sorprende al verlos acompañarlo en cada alfombra roja, para luego recordar: “¿Por qué debería sorprenderme? Siempre han estado ahí para mí, año tras año”.
El evento, realizado en Cipriani South Street, fue en beneficio de la Michael J. Fox Foundation for Parkinson’s Research, organización que el actor fundó en el año 2000. Desde entonces, se ha convertido en la institución sin fines de lucro más importante del mundo dedicada a financiar investigación sobre el Parkinson, con más de 2.5 mil millones de dólares invertidos en estudios y avances científicos. Sobre los logros de la fundación, Fox comentó recientemente: “No sabés cuánto necesitabas hasta que entendés lo que costó. Estoy muy feliz con lo que hemos logrado y de ver los avances”.
Tracy Pollan, presente también en la gala, destacó la fortaleza tanto de su esposo como de sus hijos frente a una enfermedad que no solo afecta al paciente, sino a todo el entorno familiar. “Nuestros hijos son increíblemente solidarios”, aseguró. Aunque Fox mantiene una actitud optimista, Pollan recordó que la realidad es compleja: “Es un enorme desafío. Es muy difícil para la familia, para los cuidadores y, obviamente, para el paciente. Hay que reconocer que no es fácil. Es duro para ellos, pero aun así están ahí para nosotros”.
A más de tres décadas de su diagnóstico, Michael J. Fox continúa siendo una figura inspiradora tanto por su trayectoria artística como por su activismo. Su historia es un recordatorio del impacto que tiene el apoyo familiar en situaciones de salud crónicas y del poder de la perseverancia. Cada aparición pública se convierte no solo en un mensaje de esperanza, sino también en una reafirmación del vínculo inquebrantable que comparte con su familia, el motor que lo impulsa a seguir adelante.