Review de Un Lugar en Silencio: Día 1 por @ninaenwonderland
La precuela de la saga creada por John Krasinski, Un Lugar en Silencio, llega a las salas, no sólo comunes, sino también IMAX. En esta entrega Krasinski sigue en el rol de guionista y productor pero se retira del rol de director para darle lugar a Michael Sarnoski, director de Pig.
Sam (Lupita Nyong’o), una mujer con cáncer terminal, intenta sobrevivir una invasión alienígena en la ciudad de Nueva York, con monstruos con oídos ultrasónicos que ante cualquier sonido atacan a sus presas. Así empieza Un Lugar en Silencio: Día 1.
Cómo seguidora de esta saga, y debo admitir, no tanto porque me encanten las películas, sino más porque amo a John Krasinski y Emily Blunt, no tenía tantas expectativas, sino más bien miedos. A veces, cuánto más se intenta expandir el mundo, más margen de error hay, y la saga funcionaba por sí sola, entonces no veía razones para que existiera una precuela. Pero la realidad es que Un Lugar en Silencio: Día 1 me cerró la boca y calló todas mis dudas con respecto a si era necesaria o no, porque se terminó convirtiendo en mi favorita de la saga.
Sumándose a la ola de mezclar géneros que está sucediendo últimamente, con películas que no tienen un género primordial, sino que navegan más de un género por igual, Un Lugar en Silencio: Día 1 hace un excelente trabajo en mantenerte alerta con su suspenso y cada tanto jumpscares y al mismo tiempo generar empatía con los personajes con su trama dramática super emotiva.
Mucho se habla del fin del mundo cómo un momento de catarsis, miedos e incertidumbres, pero casi nunca se habla de la parte del duelo, el duelo de la vida que claramente no será la misma para nadie. Un Lugar en Silencio: Día 1 acompaña a nuestros dos protagonistas en este duelo y las emociones que surgen de éste, Sam quiere comer una porción de pizza por última vez debido al valor simbólico que le agrega, y por su parte Eric (Joseph Quinn) está lejos de todos sus seres queridos, pero se paraliza con la idea de volver a su casa.
Es la historia de personajes que se encuentran en el limbo entre la vida y la muerte, tanto real como metafóricamente. Porque ninguno se anima a cumplir sus deseos, pero siguen viviendo con los pesos que cargan. Son dos desconocidos que se acompañan mutuamente a transitar el duelo, la incertidumbre, los miedos, y logran crear su pequeño “lugar en silencio” donde todos estos miedos desaparecen, al menos por un rato.
Junto con el gato más tierno y hermoso de la historia del cine, Frodo, el gato de compañía de Sam y el que se encarga de conectar a estas personas solitarias para enfrentar sus miedos juntas, el viaje lleno de suspenso y un poco de terror, logra también estar lleno de emoción, y para mí de eso se trata ir al cine y de eso se trata la vida.
Espero que en la vida, no esperemos a que sea el fin del mundo para finalmente tener un cierre de las cosas que nos afectan, pero si es así lo mejor que uno puede esperar es encontrar la hermosa compañía de alguien que será desconocido, pero tiene las mejores intenciones.
Definitivamente Un Lugar en Silencio: Día 1 es un éxito tanto para seguidores de la ciencia ficción y el suspenso, como para seguidores del drama y el desarrollo profundo de los personajes. Mejor todavía si se ve en la pantalla grande de IMAX, donde se pueden sentir los alienígenas como si estuvieran presentes en la sala.
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