Cruella es una de los nuevos remakes que Disney estrena para todo el mundo. Tal como indica su nombre, la película está basada en la villana de los 101 Dálmatas, esta vez interpretada por Emma Stone, conocida por películas como La La Land, The Amazing Spider-Man, Zombieland y más. La película llega hoy a cines y Premier Access en Disney+.
Las dos horas de Cruella casi ni se sienten. El film dirigido por Craig Gillespie hizo lo posible para hacer una comedia (con un poco de drama) de principio a fin para entretener lo suficiente al espectador. ¿Funciona? Claramente sí, pero por momentos hay demasiados chistes o situaciones graciosas que terminan sobrecargando la historia y volviéndola un poco repetitiva con el paso de los minutos. También hay algunos personajes que no terminan de encajar debido al tiempo en pantalla que tienen los protagonistas, siendo dejados de lado por muchísimos momentos.
Quitando estas cosas, el argumento es bastante sencillo y se entiende a la perfección, siendo una correcta historia de origen para este personaje. Por el lado de las actuaciones, todos hacen un trabajo maravilloso, pero principalmente las dos Emma (Stone interpretando a Cruella y Thompson interpretando a La Baronesa) se roban todo el espectáculo, ofreciendo actuaciones fuertes y poderosas en cada minuto de aparición. Cada escena entre ellas dos hace que los demás se vean bastante relegados cuando interactuan entre sí.
Otra cosa a destacar es el vestuario de Cruella, siendo este una completa maravilla que con el paso de los minutos se disfruta cada vez más y más. Los que más se destacan claramente son los vestidos de La Baronesa, interpretada por Thompson. La banda sonora también es un condimento extra a la gran ensalada, siendo un acompañante clave en todos los momentos de tensión, drama y presentación de personajes en toda la película.
Disney trató de hacer algo un poco más diferente con Cruella en comparación a otros remakes estrenados anteriormente. El resultado es bueno, no lo suficiente para destacar en todos los puntos, pero si lo suficiente para disfrutarla solo o acompañado sin tener demasiadas pretensiones.