Esta crítica no contiene spoilers
En su debut cinematográfico, el guionista y director Ari Aster nos presenta “El legado del diablo” (“Hereditary”), una película en donde cosas extrañas comienzan a suceder en casa de los Graham tras la muerte de la abuela y matriarca, quien le deja a su hija Annie su casa como herencia. Annie Graham, una galerista casada y con dos hijos, no tuvo una infancia demasiado feliz junto a su madre, y cree que la muerte de ésta puede hacer que pase página. Pero todo se complica cuando su hija menor comienza a ver figuras fantasmales, que también empiezan a aparecer ante su hermano.
Si nos guiamos por el nombre podríamos decir que “es una película de terror más”, “unos pocos sustos que te hacen saltar de la butaca” y la realidad es que más o menos es así. Podemos ver que parece que estamos viendo dos películas, durante la primera hora y quizas un poquito más, la cinta se puede interpretar como algo más realista y psicológico en base a lo que le pasa a la familia, sobre todo a la madre. Pero luego durante la hora y media restante el film toma un giro brusco y termina siendo la típica película de terror con fantasmas, espíritus, screamers, etc.
Además del cambio de un género hacia otro que no está mal sino que fue muy brusco, también creemos que el largometraje creemos falla al momento de unir las situaciones post conflicto o suceso que cambian el rumbo de la historia. Lo que nos hacían dar a entender en los primeros minutos con tal personaje, al final termina siendo poco relevante y parece sacado de último momento en los 30 minutos finales.
Más allá de eso, podemos observar que es interesante la manera en la que los personajes van reaccionando a las acciones que otros papeles hacen o a los hechos que se presentan durante el orden cronológico. Sobre todo queremos destacar la excelente actuación de Alex Wolff, que demuestra a la perfección cómo personificar al adolescente promedio que suele reaccionar a este tipo de sucesos paranormales.
También destacamos la actuación de Gabriel Byrne, que hace del típico padre que le cuesta asimilar las cosas que van pasando, pero que siempre es fiel a sus principios de proteger a su familia de cualquier cosa.
Los planos y las escenas son bastante extensas en comparación a las otras películas de terror, se pueden apreciar más detalles y podemos entrar mejor al contexto de la escena en sí. La ambientación y la banda sonora no sobresalen tanto como uno espera en ciertas situaciones de la cinta.
En resumen, “El Legado del Diablo” es una película que falla al momento de generar un conflicto con verdaderas repercusiones a futuro, pero que también es interesante la realidad que se muestra durante largo tiempo en pantalla y las actuaciones de los personajes que reaccionan como cualquiera de nosotros podría hacerlo en caso de experimentar lo mismo.