¿Cómo elegir el disco duro externo adecuado?

¿Pensaste alguna vez qué ocurre con tus archivos y fotos una vez que pulsas “Guardar”? Todas las computadoras tienen un disco duro integrado que almacena el sistema operativo, varias aplicaciones y esos archivos tan importantes. Estos datos se distribuyen y almacenan en varios componentes del disco duro y se accede a ellos cuando los usuarios abren un archivo. Los discos duros internos tienen el aspecto de un plato o bandeja y están protegidos de daños por una carcasa de acero. Los discos duros de una computadora son un tipo de dispositivo de almacenamiento no volátil, lo que significa que los datos almacenados no desaparecen cuando se apaga el equipo. Pero ¿qué ocurre cuando el espacio de almacenamiento interno no es suficiente?

“Una computadora no tarda mucho en quedarse sin espacio de almacenamiento, incluso para los usuarios menos exigentes. Un disco duro externo, o HDD externo, se conecta al equipo por fuera y ofrece al usuario más espacio de almacenamiento del que dispone internamente. Esto le permite hacer copias de seguridad o guardar sus datos en un dispositivo portátil. Algunos discos duros externos se conectan a la computadora mediante un cable USB, mientras que otros se enchufan directamente a la pared”, asegura Acer, un líder en tecnología a través de su portafolio de laptops y soluciones.

Vivimos en un mundo de opciones y el espacio de almacenamiento para nuestros archivos y fotos no es una excepción. “Además del almacenamiento interno, también podemos guardar datos en un disco duro externo o en la nube”, explica. Algunas razones por las que un disco duro externo puede ser la opción adecuada para ti son su portabilidad: los discos duros externos son portátiles y permiten a los usuarios transportar grandes cantidades de información de un lugar a otro, lo que resulta perfecto para nómadas digitales o para quienes trabajan en un entorno híbrido. La persona puede simplemente desenchufar el disco duro externo y llevárselo a su siguiente ubicación, salvaguardando sus valiosos datos mientras se desplaza.

Acer cita otras como la facilidad de uso: a diferencia de la nube, los discos duros externos no requieren conexión a Internet ni cuenta de usuario. Las personas pueden acceder a sus datos simplemente enchufando el cable a la computadora o a la toma de corriente. Además, el hecho de la seguridad: utilizar servicios basados en la nube para almacenar archivos y fotos es cómodo, pero los datos valiosos pueden dejar de ser tuyos una vez subidos. Mirá bien en las condiciones de uso es posible que encuentres información sobre la propiedad de los datos escondida en la letra pequeña. Aunque es poco probable que las empresas utilicen y reclamen la propiedad de tus fotos o archivos, podrían utilizarlos para otros fines. Además, los ciberdelincuentes más sofisticados suelen apuntar a las empresas de la nube como parte de su próximo pirateo.

Un estudio de 2022 mostró que el 81% de las organizaciones sufrieron un incidente de seguridad relacionado con la nube durante el año anterior. La mejor manera de conservar la propiedad completa de los archivos es utilizando un HDD externo.

Por último, el tema de mantener seguros los datos, ya que los accidentes ocurren cuando menos lo esperamos. Desde derramar café sobre el teclado hasta dejar caer la computadora al suelo, guardar los datos en un disco duro externo protege los archivos de percances cotidianos. También evita que el trabajo se pierda si los archivos se borran de la computadora principal. Ni hablemos de dejar una laptop al descuido en una cafetería o en una habitación de hotel, situaciones como estas aumentan el riesgo de robo. Pero ¿sabías que cada 53 segundos se roba una laptop? Por desgracia, se calcula que sólo se recupera el 2% de estos equipos robados, lo que significa que los archivos importantes acaban en manos de los ladrones. Guardar los datos en un disco duro externo garantiza que tus archivos estén a salvo, aunque tu laptop no lo esté.

¿Qué debo tener en cuenta al comprar un disco duro externo?

Después de identificar que un disco duro externo es el adecuado para vos, el siguiente paso es saber en qué fijarse.

1. Tipo de disco duro externo
Los discos duros externos para copias de seguridad suelen dividirse en dos categorías: unidades de disco duro externas (HDD) y unidades de estado sólido externas (SSD). Los HDD constan de platos mecánicos y un cabezal de lectura y escritura que recupera los datos de la unidad. Suelen ser el tipo de almacenamiento primario o secundario dentro de la computadora, ya que guardan datos críticos y no críticos. Las HDD se diferencian por sus rotaciones por minuto; 5400 y 7200 RPM son los tipos más comunes disponibles.

A diferencia de las HDD, las SSD son unidades no mecánicas y se basan en la memoria flash. Los chips de memoria y los transistores que capturan y almacenan los datos en la unidad sustituyen a las piezas móviles, creando una nueva tecnología que ahorra almacenamiento.

2. Capacidad de almacenamiento
Al considerar qué disco duro externo comprar, debés pensar en tus necesidades de almacenamiento. ¿Guardarás documentos y archivos o grabaciones de vídeo e imágenes de alta resolución? ¿Sos un ávido jugador o músico? ¿Sólo querés almacenar los archivos que ya tenés o vas a ampliarlos con regularidad? Si tenés en cuenta estos puntos de antemano, evitarás comprar el dispositivo equivocado o quedarte rápidamente sin espacio de almacenamiento.

En general, guardar vídeos e imágenes requerirá más espacio de almacenamiento que los documentos y podés necesitar un disco duro externo de 1TB o superior. Aquí tenés una guía general para saber cuánto espacio necesitás.

• Documentos: <80 GB
• Música: 80 – 120 GB
• Software: 120 – 320 GB
• Vídeos: 320 GB – 1 TB
• Vídeos 4K o HD: más de 1 – 2 TB

3. Velocidad de transferencia y tipo de conexión
Al comprar un disco duro externo, más grande no siempre es mejor. La velocidad de transferencia es crucial, especialmente si transferís archivos de un lado a otro con regularidad. Si sólo se tiene en cuenta la velocidad de transferencia, los SSD suelen ser más rápidos que los HDD. Sin embargo, suelen ser más caros y su capacidad de almacenamiento puede ser menor.

Después del punto anterior, los compradores potenciales deben considerar cómo se conectarán la unidad externa y el PC o dispositivo móvil. Los dispositivos USB 2.0 son útiles para transferencias pequeñas e irregulares, pero tienen una velocidad máxima de transferencia de 480 Mbps. El siguiente escalón, USB 3.0, USB 3.1 Gen1 o USB 3.2 Gen1 ofrecen velocidades de transferencia de unos 5 Gbps, mientras que USB 3.1 Gen2 y USB 3.2 Gen2 ofrecen 10Gbps. Por si fuera poco, USB 3.2 Gen 2×2 puede alcanzar hasta 20 Gbps.

4. Portabilidad
Tener en cuenta si el disco duro externo se va a quedar en casa o no, determinará qué tipo de dispositivo comprar. Las unidades de sobremesa son fiables y adecuadas para un uso prolongado. Los discos duros suelen entrar en esta categoría.

Los dispositivos de almacenamiento destinados a ser utilizados fuera de casa deben ser ligeros y lo suficientemente pequeños como para caber en un bolso o bolsillo. Aunque existen discos duros portátiles, las unidades SSD suelen ser la opción más pequeña, ya que no tienen platos mecánicos. Además, los SSD tienden a ser menos frágiles que los HDD, son duraderos y resistentes a los golpes, por lo que no te afectarán al echarlos en una mochila o caer accidentalmente al suelo.

5. Costos
Los precios de los discos duros externos aumentan con la cantidad de almacenamiento necesaria. Comprar varios dispositivos pequeños puede ser una opción más barata, pero menos práctica que uno grande. En general, decidir qué disco duro externo comprar depende de tus necesidades y presupuesto.

La compra de un nuevo disco duro externo es una decisión importante, con muchos factores a tener en cuenta. Además del precio, la capacidad de almacenamiento y la portabilidad, también debés pensar en cuánto durará tu nuevo dispositivo. Los discos duros sin daños y bien mantenidos tienen una vida media de unos cinco años, mientras que la tasa de fallos de las unidades SSD viene determinada por la cantidad de datos almacenados a lo largo del tiempo.