En la década de 1970, los científicos comenzaron a observar una disminución preocupante en la concentración de ozono en la atmósfera terrestre. Tras años de investigación, llegaron a la conclusión de que la capa de ozono que nos protege de la radiación ultravioleta se estaba afinando de manera alarmante. Este descubrimiento causó gran conmoción en la comunidad científica.
Los estudios determinaron que la causa principal del debilitamiento de la capa de ozono era la emisión de clorofluorocarbonos, compuestos químicos que se utilizaban en refrigeradores, aerosoles y otros productos. Cuando los CFC se liberan en la atmósfera, reaccionan y destruyen las moléculas de ozono. Para fines de los 70, el uso generalizado de CFC había provocado un gran agujero en la capa de ozono sobre la Antártida.
Este hallazgo llevó a los gobiernos a tomar medidas. En 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, un tratado internacional para prohibir los CFC y otras sustancias que dañan la capa de ozono. En 1994, en conmemoración al tratado, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre como Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. Gracias a estas acciones, hoy el agujero en la capa de ozono se está recuperando lentamente. Pero queda mucho trabajo por hacer para reparar el daño causado en las décadas pasadas.
Actualmente las empresas juegan un papel importante en el tema: desarrollar nuevas alternativas, invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías y educar a los consumidores sobre la importancia de proteger la capa de ozono. Acer es una de esas empresas privadas comprometida con el planeta, por eso ha adoptado una serie de medidas para proteger la capa de ozono y mitigar el cambio climático.
– La compañía ha eliminado por completo el uso de clorofluorocarbonos (CFC) en todos sus procesos de manufactura y ha reemplazado estos químicos dañinos con alternativas más seguras.
– Optimiza el consumo energético en sus fábricas implementando medidas de eficiencia y utilizando fuentes renovables como la energía solar. Esto reduce las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.
– La empresa también se enfoca en reducir el impacto ambiental de sus productos. Los equipos Acer son diseñados pensando en su vida útil, reparabilidad y reciclaje, como es el caso de la Aspire Vero, disponible en la región. Se utilizan materiales no tóxicos y empaques sustentables. Al extender la vida de los dispositivos, se genera menos basura electrónica perjudicial para el planeta.
– Acer educa a sus clientes y comunidades sobre la importancia del cuidado ambiental. A través de asociaciones, voluntariados y campañas informativas, promueve buenas prácticas que benefician a la capa de ozono y mitigan el cambio climático. La protección del medio ambiente es un eje central de la responsabilidad social de Acer.
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