Robin Kaye, la supervisora musical que trabajó durante 15 años en el exitoso programa de talentos “American Idol”, y su esposo, Thomas Deluca, fueron encontrados muertos en su casa de Encino, Los Ángeles. La pareja, ambos de 70 años, fue víctima de un doble homicidio por arma de fuego, según confirmó la policía local, que ya ha arrestado a un sospechoso.
Los cuerpos fueron descubiertos el lunes por la tarde, cuando la policía acudió a la residencia para un “control de bienestar” después de que los familiares de la pareja no tuvieran noticias de ellos durante varios días. El martes, la policía de Los Ángeles arrestó a un residente de Encino, Raymond Boodarian, como sospechoso del crimen. Se cree que el hombre entró a la casa por una puerta sin llave y que una “confrontación” con la pareja cuando estos llegaron a su hogar derivó en el trágico desenlace.
“Estamos devastados al enterarnos del fallecimiento de Robin y su querido esposo, Tom”, declaró un portavoz de “American Idol”. “Robin ha sido una piedra angular de la familia de ‘Idol’ desde 2009 y fue verdaderamente amada y respetada por todos. Robin permanecerá en nuestros corazones para siempre“. Kaye también trabajó en otros programas populares como “Lip Sync Battle” y fue vicepresidenta del Gremio de Supervisores Musicales.
En una entrevista con Variety en 2019, Kaye reflexionó sobre su profesión: “El público en general asume que la supervisión musical es un trabajo glamoroso… [Pero] a menudo se espera que los supervisores musicales trabajemos rápido y logremos milagros creativos y financieros para completar el proyecto”. Su trágica muerte ha conmocionado a la industria del entretenimiento de Hollywood.