La decisión de Disney y ABC de retirar repentinamente a Jimmy Kimmel del aire ha desatado fuertes protestas en Burbank, Hollywood y Nueva York. La medida llegó después de que comentarios del presentador fueran duramente criticados por medios conservadores y amplificados por Fox News, lo que derivó en presiones de la FCC, así como de grupos de estaciones como Nexstar y Sinclair Broadcast Group, que exigieron disculpas y amenazaron con retirar “Jimmy Kimmel Live” de sus señales. Ante esto, cientos de manifestantes salieron a las calles con pancartas y consignas en defensa del comediante.
En Burbank, unas 200 personas se congregaron frente a la sede de Disney con lemas como “Every red line has been crossed”. Aunque la protesta se mantuvo pacífica, la compañía cerró los accesos para contener a la multitud. Paralelamente, en Hudson Yards (Nueva York) y en el teatro de Hollywood Boulevard donde Kimmel suele grabar su show, se repitieron las movilizaciones. Los manifestantes denunciaron que la suspensión responde a presiones políticas y no a decisiones editoriales independientes, algo que catalogaron de “blatantly un-American”.
El asambleísta Alex Bores fue uno de los más duros críticos en Nueva York, señalando la responsabilidad tanto de corporaciones como del gobierno: “Estamos aquí porque el gobierno les ordenó sacar a alguien del aire por su discurso político. Eso es inaceptable”. Sus declaraciones encendieron aún más los ánimos de la multitud, que coreaba frases como “Kimmel stays, Trump must go” y “ABC, grow a spine”.
En Hollywood, la presión se dirigió también hacia el CEO de Disney, Bob Iger. Activistas como Mark, de Act Up, llamaron a equiparar la responsabilidad de Iger con la del expresidente Trump: “Kimmel must stay, Iger must go”. Entre carteles que decían “No Kings Unless We Bow” y camisetas con la palabra “Resist”, los presentes acusaron a la compañía de ceder ante la censura política.