La suspensión indefinida de Jimmy Kimmel Live! sigue generando repercusiones en el mundo mediático y político de Estados Unidos. El presidente de la FCC, Brendan Carr, defendió su decisión de amenazar a ABC con sanciones regulatorias luego de los polémicos comentarios del presentador sobre el asesinato de Charlie Kirk. En declaraciones a Fox News, Carr sostuvo: “En la FCC vamos a hacer cumplir la obligación de interés público. Si hay emisoras que no están de acuerdo, pueden devolver su licencia. Ese es nuestro trabajo”.
Sin embargo, la propia FCC limita el alcance de su autoridad sobre el contenido televisivo. En su sitio web oficial se aclara que, por mandato legal, el organismo sostiene que “el interés público se sirve mejor permitiendo la libre expresión de opiniones”. A su vez, remarcan que en lugar de censurar discursos, la normativa busca fomentar la “contra-expresión” como forma de balancear ideas, incluso si resultan ofensivas. Esta postura deja en evidencia la contradicción en la que incurrió Carr al amenazar directamente a ABC.
La polémica creció cuando salió a la luz un tuit del propio Carr de 2019, donde escribió: “¿Debería el gobierno censurar discursos que no le gustan? Por supuesto que no. La FCC no tiene un mandato para vigilar la expresión en nombre del ‘interés público’”. Ese mensaje resurgió en medio de la tormenta, exponiendo la inconsistencia entre su postura actual y sus declaraciones pasadas.
En paralelo, Nexstar y Sinclair Broadcast Group, dos de las mayores cadenas de TV del país, anunciaron que también suspenderían la transmisión de Jimmy Kimmel Live! tras los comentarios del conductor. La decisión coincide con que ambas empresas buscan la aprobación de la FCC para una fusión y presionan para eliminar la norma de propiedad de medios, que limita el alcance máximo a un 39% de los hogares estadounidenses.