El presidente Donald Trump volvió a cargar con fuerza contra Jimmy Kimmel y la cadena ABC luego de que el programa nocturno regresara a la pantalla tras su suspensión. A través de su red Truth Social, el mandatario cuestionó la decisión de Disney y aseguró: “No puedo creer que ABC Fake News le haya devuelto el trabajo a Jimmy Kimmel. Su audiencia está desaparecida, su ‘talento’ nunca estuvo allí. Un verdadero grupo de perdedores”. Además, advirtió que planea “probar a ABC” legalmente, recordando que en el pasado la compañía le pagó 16 millones de dólares como parte de un acuerdo judicial.
El monto al que Trump hizo referencia corresponde a la indemnización que Disney aceptó pagar en 2024 tras una demanda de difamación contra ABC News y el periodista George Stephanopoulos. En aquel momento, el presentador había asegurado erróneamente que un jurado había encontrado a Trump “culpable de violación”, cuando en realidad la sentencia civil solo lo responsabilizó por abuso sexual en la causa iniciada por la escritora E. Jean Carroll. Con ese antecedente, el presidente insinuó que esta nueva disputa con la cadena podría generarle beneficios aún mayores.
La polémica estalló luego de que ABC suspendiera temporalmente “Jimmy Kimmel Live!” por comentarios del humorista relacionados con el asesinato de Charlie Kirk, un activista conservador. El propio Kimmel aclaró posteriormente que “nunca fue mi intención hacer burla del asesinato de un joven”, pero sus palabras generaron reacciones políticas y presiones de la FCC, cuyo titular Brendan Carr llegó a advertir que el canal debía actuar “por las buenas o por las malas”. Aunque Disney confirmó el regreso del show a su horario habitual, grupos como Nexstar y Sinclair anunciaron que seguirán sin emitirlo.
En sus declaraciones más recientes, Trump calificó a Kimmel de “cero talento” y volvió a insistir en que fue “despedido por bajo rating”, a pesar de que el regreso del conductor fue confirmado oficialmente por ABC. El presidente aprovechó también para atacar a otros presentadores como Stephen Colbert, Jimmy Fallon y Seth Meyers, a quienes tildó de “perdedores con pésimos números de audiencia”. Mientras tanto, el regreso de Kimmel reaviva el debate sobre los límites de la libertad de expresión en la televisión estadounidense y la creciente confrontación entre política y entretenimiento.