En un teatro completamente lleno del Festival de Cine Lumière de Lyon, Natalie Portman fue la gran protagonista de una de las masterclasses más esperadas del evento. La actriz, productora y ganadora del Premio Óscar, cautivó al público con su naturalidad, humor y reflexiones sobre el arte de actuar y de contar historias. Durante la charla, Portman explicó que decidió fundar su propia productora “para crear las películas que quiero ver en el mundo, en las que quiero participar”, reafirmando su compromiso con un cine más personal y diverso.
La intérprete de Black Swan recordó con humildad sus inicios: “No crecí con un gran conocimiento o apreciación del cine. Veía películas bastante comerciales, como El Rey León, Señora Doubtfire, Dirty Dancing o Mujer Bonita. Fue recién al empezar a filmar cuando comencé a aprender sobre historia del cine”. A través de los directores con los que trabajó, descubrió a maestros como John Cassavetes, Michael Haneke, Wong Kar-wai y Robert Bresson, quienes moldearon su sensibilidad artística. También habló con emoción de las actrices que la inspiraron —Gena Rowlands, Julianne Moore, Isabelle Huppert y Nicole Kidman— y dedicó un especial homenaje a Diane Keaton, recientemente fallecida: “Permitió que los personajes femeninos fueran tan complejos como los masculinos. Eran neuróticas, divertidas, inteligentes, emocionales, raras. Ella dejó que las mujeres fueran raras en pantalla”.
Portman, que comenzó su carrera a los 12 años con El perfecto asesino, reflexionó sobre la esencia del oficio: “Ser actor es algo muy infantil: estás fingiendo. Todos los niños actúan, es parte del comportamiento humano”. Recordó también su paso por Harvard, donde estudió psicología, y trazó un paralelismo con la interpretación: “Es la misma práctica. Se trata de entender por qué la gente hace lo que hace, qué siente, observar, observar, observar”. Ese mismo método la llevó a investigar minuciosamente para papeles como Anne Boleyn en The Other Boleyn Girl, Jackie Kennedy en Jackie o Celeste en Vox Lux. Con humor, comentó: “Cuando tuve que aprender cómo se ve un ‘K-hole’, no iba a tomar ketamina para descubrirlo, así que recurrí a YouTube”.
La actriz también habló sobre su faceta como productora y su reciente incursión en la animación con “Arco”, dirigida por el francés Ugo Bienvenu, ganadora en el Festival de Annecy. Admiró la colaboración entre artistas en ese ámbito y destacó la humildad creativa de directores como Darren Aronofsky, de Black Swan: “Tiene tanta confianza en su visión, pero siempre acepta una buena idea ajena. Esa combinación de seguridad y humildad es lo que define la grandeza”. Entre risas, cerró su encuentro recordando que aún practica “los ejercicios para el trasero” que aprendió durante el rodaje de Black Swan, provocando una ovación del público.