Crítica por Federico Vargas
Santiago Mitre, director de cine argentino, regresa a la pantalla grande con Petite fleur luego de películas como La patota (2015) y La cordillera (2017). Luego de haber sido rechazada en varios festivales (por motivos que yo personalmente desconozco), el BAFICI es la línea de salida para la nueva producción de Mitre.
Petite fleur es, ante todo, una comedia que trata de abarcar muchas situaciones al mismo tiempo: desde problemas maritales entre José (Daniel Hendler) y su esposa Lucie (Vimala Pons), problemas de paternidad/maternidad de la pareja con su hija y también un poco de fantasía de por medio.
Esto hace que la película no sepa a donde ir, sino que se va salvando gracias a los gags y chistes que uno se va encontrando con el correr de los minutos. Claramente la película le da “espacio” a que cada problema tenga su propio desglosamiento, pero eso no quita que cuando tenemos que hablar del eje central, cuya resolución o mejor dicho “replanteo existencialista” llega en los últimos 20 minutos, es porque entonces Petite fleur no es clara con lo que quiere ni con lo que busca, estructuralmente hablando.
Independientemente de estas cuestiones, las actuaciones también salvan mucho a la película. Daniel Hendler es un actor maravilloso y siempre estoy agradecido de verlo en pantalla. Su coequiper Vimala Pons tampoco desentona en ningún momento, logrando que podamos apreciar de una gran dupla. La realidad es que después todos los demás personajes, que son secundarios, no se destacan mucho que digamos, ya que tampoco hay una apreciación hacia el hecho de querer o buscar conocerlos un poco más. ¿Quién destaca entre todos ellos? Melvil Poupaud, quien interpreta a Jean-Claude, el particular vecino de José que va a resultar de gran importancia y ayuda para el autodescubrimiento del personaje principal.
Sin ir más lejos, la banda sonora también es otro punto positivo que no se puede pasar por alto ya que Petite fleur se toma cada momento para que el espectador disfrute de cada partitura presente, sobre todo del género Jazz, con el cual quedé particularmente encantado de principio a fin.
Pequeña Flor no es una floja película y no entiendo los motivos por los cuales fue rechazada un par de veces en otros eventos de cine, pero igualmente logra llegar a ser entretenida gracias al elenco y ciertos puntos cómicos de la narrativa que fueron muy bien expuestos.