Review The Devil’s Bath por @ninaenwonderland
Un drama histórico de horror basado en el libro Suicide by Proxy in Early Modern Germany: Crime, Sin and Salvation de Kathy Stuart y de registros de juicios penales de Agnes Catherina Schickin y Eva Lizlfellnerin.
Ubicado en Austria en el siglo 18, en una sociedad donde la religión estaba demasiado presente. Agnes se casa con su amado Wolf, y empieza a sentir todas las obligaciones que se esperan de ella por ser una mujer casada. Que cuide la casa, la granja, que cocine, que tenga hijos. Todo esto se va acrecentando en su mente generando pensamientos negativos que le pesan y la deprimen.
Es una historia basada en hechos reales que pasaban en la época. La presencia de la religión era completamente agobiante y la película hace un maravilloso trabajo en mostrarlo. Anja Plaschg se carga la película encima protagonizando a un personaje cuyo conflicto interno la acompaña en todo momento, con su expresiones, movimientos, elecciones.
Habla del horror humano, el terror que generaron las personas cuando crearon conceptos como la religión, el pecado, el cielo, el infierno. Personas que vivían con miedo por no lograr cumplir con lo que se esperaba de ellas. Enfermedades mentales como la depresión no tratadas, no sólo por la falta de información sino también por una negación a reconocerlas. Todo lo que se separaba de lo que debía ser, todo lo otro, era mal visto. Si una mujer no se podía parar de la cama para ordeñar una vaca, entonces era “una cruz” con la cual tenía que cargar la familia.
La película reflexiona sobre la presencia extrema de la religión, al nivel de mostrar cosas absurdas, como la protagonista dejando un dedo humano debajo del colchón porque se creía que así atraería un hijo a su vida o el hecho de que esté tan normalizado tomar la sangre de personas ejecutadas por sus delitos. Hay cosas demasiado raras pasando en ese pueblo y el espectador las ve desde los ojos de una protagonista que, lejos de ser un mal para la sociedad como todos los que la rodean piensan que es, es en realidad una víctima y una de las personas más cuerdas de la película, porque es consciente de que las cosas no están bien. Pero esa conciencia es lo que se lleva lo mejor de ella.
Agnes es una persona rendida, ya no intenta satisfacer a nadie, por el contrario busca el castigo de Dios, busca a la religión y la fe desde un lugar de oscuridad, realiza maldades para que así, al menos el poder divino se encargue de maldecirla por sus actos. Verla corromperse de esa manera a medida que avanza la trama es completamente desolador.
La película cuenta el camino de una mujer a corromperse por no lograr cumplir con los estándares trama que ya vimos muchas veces, pero saber que esto surge de testimonios preexistentes de mujeres que sufrían de esa manera y vivirlo desde la perspectiva de una de ellas en carne propia hace que la película sea un gran acierto dentro del género.
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